9- Sueños

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Los días pasan cada uno mejor que el anterior, aún no puedo creer la felicidad que estoy viviendo en estos momentos, no creo merecerla después de estar ocultándole la verdad a pesar de demostrarme que mis sentimientos son mutuos.
Todo es tan perfecto que me aterra la idea de perderlo, mi familia está a punto de llegar, unos pocos papeles más y por fin podré tenerlos conmigo, abrazarlos, sentir su apoyo. Sigo practicando  para mejorar al máximo mi defensa y estudiando el idioma para ayudar en lo que pueda, y superarme, ser mi mejor versión.
Siento sus labios pegarse en mi cuello esparciendo la corriente que provoca su toque por todo mi cuerpo, paso mis dedos por su cabello acercándolo más a mí.
— Me desconcentras— hago un pequeño puchero el cual toma entre sus dientes jugueteando con mis labios.
—Necesito follarte ahora mismo — enredo mis pies en su cadera y me dejo llevar en su regazo frotando su miembro. — Me traes loco
Chocamos contra la pared besándonos con pasión desenfrenada, su boca devorando la mía y su mano en mi intimidad dándome placer como el solo sabe hacerlo.
— Estás empapada bebe —sus dedos en mi interior me enloquece, su movimiento acompasado con su boca chupando  mis pezones me elevan, estoy a punto de alcanzar mi liberación cuando la puerta se abre de pronto dejando a la vista a la escoria que se muere por ponerle las manos encima a mi novio.
— mierda! — Sale de mis labios sin poder evitarlo, necesito alcanzar el clímax o juro que mataré a alguien.
—Roxana para la próxima toca antes de entrar— Christopher gruñe mientras se abrocha el pantalón con su polla aún dura y adolorida
— No hay nada que no haya visto antes— responde altanera mientras se acerca a nosotros con una carpeta en la mano
— Y no lo volverás a ver si quieres conservar tus ojos— la observo fijamente demostrando la verdad de mis palabras— me retiro para que hablen.— doy unos pasos hacia la salida pero Chris me detiene.
— No es necesario, esta carpeta la revisaré después, ahora nos tenemos que alistar para ir al underworld.— cierra la carpeta y la tira sobre el escritorio
— no puedes llevarla! No está lista!— no se de que están hablando pero si de algo estoy segura es que es importante.
— Está más que preparada— le responde en tono cortante — Verónica alístate,iremos a un evento.
— Cuando pensabas consultármelo?— me va avisar en el último momento
— Cuando entré a la oficina, pero me distraje —me toma por la cintura acercando mi cuerpo al suyo sin soportar la lejanía — mantén la calma, solo debes confiar en mi, demostrémosle al bajo mundo que ángeles como tú pueden volar al infierno de mi mano, estás dispuesta?
— Contigo voy a muerte — beso sus labios
— Ay por favor , voy a vomitar— se queja la entrometida que aún sigue observándonos desde la puerta.

Llegamos al famoso underworld, según me estuvo contando, es el lugar donde se reúnen los hombres más peligrosos, la mafia. El lugar queda bajo tierra, se debe entrar por un pequeño túnel lleno de seguridad para poder disfrutar de sus secretos. En el interior hay mesas de apuestas, mucha bebida pero lo que más llamó mi atención es la jaula que destaca en el centro del local.
— Que es eso?– le pregunto a Christopher sin desviar la mirada
— es como un ring de boxeo, solo que sin reglas, entran a la jaula los que van a pelear y una vez que se cierran las rejas no vuelven a abrirse hasta que quede solo el ganador. La pelea es a muerte y se vale todo, la única regla es vivir.
— no quiero estar aquí — susurro solo para que él me escuche
— Eres fuerte, se que podrás con esto, lo único que debes hacer es mantenerte al margen, yo me haré cargo.
— no entiendo para que vine
— hoy va asistir la mayoría de la élite y mi principal objetivo es presentarte así sabrán que estás  bajo mi protección, solo no te metas en problemas. — me toma de la mano y seguimos nuestro camino subiendo unas escaleras que nos dejan en lo alto donde se puede observar cada rincón del local, me ofrece asiento en lo que parece un trono.
— tengo la impresión de que te va a encantar este lugar, te asienta bien el poder— se sienta a mi lado sin soltar mi mano.

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