capítulo 05

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mi chico tierno

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Sorbi rápidamente de la pajilla que sobresalía de mi bebida, creando un ruido un tanto molesto.

—Sabes, creo que tardaste más en comprar ese café que en lo que tardaste tomándotelo —comentó Jungkook del otro lado de la pequeña mesa circular.

Jungkook unió sus labios a la pajilla roja de plástico y sorbió de su bebida sin quitarme la mirada de encima.

—Bueno, pues quizás deba pedir otro —digo apresurado sin tomarle importancia a lo que anteriormente había dicho.

—Hey, hey —habló Jungkook deteniendome—. ¿Estás loco? —preguntó crédulo—. Llevas como cuatro de esos, ya comienzas a verte como un paranoico —dijo alzando sus cejas.

—Creo que perdí la cuenta en el segundo que tomé —dije rendido y regresando a mi lugar.

—Creo que te sucede algo —dijo de la misma manera que yo—. ¿Qué es lo que no te deja tranquilo, en esa pequeña cabecita? —pregunta tierno, volviendo a beber de su café.

—Estoy bien, créeme —respondí después de unos segundos, sin siquiera mirarlo a los ojos.

—Jimin, no estás hablando con cualquier maldito perro desconocido, te conozco mejor que la palma de mi jodida mano, ahora dime, ¿que carajos te ocurre? —pregunta repentinamente, tomándome por sorpresa.

Por supuesto que Jungkook me conoce mejor que a nadie, la mayor parte de mi vida ha sido a lado de la suya. Somos como uña y mugre.

Suspiré agotado y chillé al recordar lo que no dejaba de rondar por mi mente.

—Bueno, en realidad... Es sólo que no dejó de pensar sobre la fiesta y sobre Yoongi... digo, tengo poco tiempo y aún no sé absolutamente nada de cómo dar un beso —digo apenado, escondiendo mi rostro en mis manos.

—Joder, Jimin, en verdad pensé que habías olvidado eso —murmuró agotado.

—Pues no, lo pienso cada día, minuto y segundo —digo al escucharlo.

—Ahora me arrepiento de haberte dicho que el oxigenado de Yoongi te besaría en la fiesta —dijo Jungkook negando con la cabeza. Rodeé los ojos.

—Todo esto es tu culpa, ahora hazte cargo —digo con una ceja alzada. Jungkook me miró fijamente, tratando de hacerme cambiar de opinión, pero finalmente agitó la cabeza y puso los ojos en blanco.

—Intento hacerme cargo de esto... sólo que no paras de hablar de el estúpido de Yoongi y bueno... si voy a besar a alguien, no quiero que esté pensando en alguien que no sea yo —responde llenando su boca con una pequeña galleta de chocolate.

—Jungkook... no actues como un idiota —respondí con una mueca—. No pensé en Yoongi cuando estuviste a punto de besarme, ni cuando besaste mi frente... —susurré algo apenado al recordarlo.

Las mejillas de Jungkook se tornaron rojizas, pero éste miró hacia otro lado para ocultarlas y finalmente sonreír de lado.

—Está bien —dijo regresando su mirada a la mía. Yo alzé una de mis cejas esperando a que diera una explicación a su repentino comentario—. Vámonos de aquí, te daré otra lección de besos —dijo a duras penas.

Sonreí enormemente y por poco doy un gran brinco de emoción.

—En verdad que eres increíble —digo con una sonrisa en el rostro.

—Sí, sí, como sea —dijo tratando de no tomarle importancia—. Sólo porque me escogiste a mí en lugar de Yoongi —dijo mirándome y sonreí.

Ambos salimos del establecimiento en el que nos encontrábamos y caminamos de regreso a el auto de Jungkook. Yo estaba emocionado, en verdad no podía esperar para aprender a besar.

Durante el camino, no pare de hacer movimientos extraños con mis labios. Los tomaba con mis dedos y los estrujaba simulando que besaba unos verdaderos labios.

—Creo que te enamoraste de tu propia mano, Jimin —comentó Jungkook riendo mientras miraba al frente.

Lo mire con el ceño fruncido, apartando mi mano de mis labios, pero el sólo rió mas.

—Eres tan tierno —dijo éste calmandose a la vez que sonreía.

—Cállate, Jungkook —digo riendo e incorporandome en el asiento copiloto.

—¿Qué tiene de malo? Lo eres, eres realmente tierno. Eres... como mi chico tierno —dijo mirando al frente sin borrar aquella sonrisa sincera de su rostro.

—¿Tu chico tierno? —pregunté con una ceja alzada—. Por si no lo sabías, soy más rudo de lo que crees, Jungkook. Deberías tener cuidado.

Jungkook soltó una carcajada.

Realmente cada que intentaba verme rudo, Jungkook se burlaba, era jodidamente irritante.

—Claro que lo eres, pequeño —dice tomando mi mano.

Por un momento mi cuerpo se estremeció y mis mejillas enrojecieron. Jungkook lo notó enseguida, y no dudó en apartar la mano de la mía.

—Lo lamento... —comentó apenado.

—No te preocupes... está bien —digo sonriendo y volviendo a entrelazar mis dedos con los suyos, uniendo nuestras manos y sintiendo nuestro calor.

Jungkook me sonrió, y fue más que suficiente para hacerlo también.

¿cómo aprender a besar? 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora