capítulo 9

915 98 54
                                    

Josh despertó temprano, como siempre. No recordaba haberse dormido. Tampoco recordaba haberse recostado en su cama, pero como solían sucederle cosas de este tipo no se preocupó.

Se levantó con mucho cuidado, sabiendo que si hacía un movimiento brusco podría terminar bastante mareado, todo a causa de sus riñones y su corazón. Se restregó los ojos con ambas manos y estiró ambos brazos hasta que estuvo lo suficientemente despierto. Tomó sus medicinas en cuanto las vio.

Finalmente caminó hacia la ventana.

Recordó el día anterior y lo increíble que se la había pasado mientras hablaba con el chico de la ventana. También recordó haberlo esperado sentada en el borde de la ventana luego de comer. pero el cansancio lo había vencido y...

"¡Tienes que recordar más que eso, idiota!"

Pero no podía hacerlo.

"No puedes hacerlo porque eres un idiota"

Ignorando sus pensamientos, Josh dirigió su mirada a la ventana de su vecino, y se sorprendió al ver un papel en el cristal.

"Un gusto conocerte, Josh Richards. Soy Anthony Reeves y posiblemente soñaré contigo" Leyó.

Una sonrisa se dibujó en sus labios e hizo escapar un suspiro. ¿En realidad estaba aquel hermoso joven soñando con el? ¿En realidad había sido un gusto conocerlo?

Y más importante que todos estos detalles... El chico de la ventana ya tenía nombre.

Josh: Anthony -Susurró no pudiendo creer que era el nombre del chico lo que sus labios estaban pronunciando.

Aquello, realmente, debía de ser un sueño.

"Si éste es un sueño no despiertes. No lo hagas jamás, idiota"

Fue entonces cuando decidió mirar a su vecino.

Al chico de la ventana.

A Anthony.

Sí iba a despertar de algún sueño lo iba a hacer sabiendo que lo había visto una última vez.

El chico de ojos claros aun estaba durmiendo, y se veía como un verdadero ángel.

El ángel más perfecto de todos.

Fue entonces cuando su madre entró a la habitación. Josh se separo lo más que pudo de la ventana y comenzó a fingir que estaba reorganizando su escritorio. Su madre no se extrañaría. Siempre lo hacía.

Clara: No lo reorganices de nuevo, Josh. Ya lo hiciste tres veces ayer antes de las clases con la señora Hudson.

Josh: Y antes de mi ataque de pánico.

Clara: No estuvo tan mal, Josh. En este solo lloraste... ¿Recuerdas aquel en el centro comercial? ¡Estabas gritando!

Josh: No me lo recuerdes -Pidió con los ojos humedecidos. Recordaba ese ataque. Había sido el primero de sus muchos ataques de pánico. La psicóloga decía que eran provocados por las muchas medicinas de Josh y sus muchas experiencias traumáticas. No había ninguna medicina que detuviese los ataques sin hacerle daño, así que Josh solo podía intentar mantener la calma y contar hasta diez.

Clara:... Josh... Josh... ¡Josh!

Asustado, Josh soltó lo que tenía entre manos y se alejó unos pasos de su escritorio. Se había perdido en sus pensamientos, como siempre.

Josh: Perdona, yo... estaba pensado... ¿Qué decías?

Clara: Te decía que deberías bajar a desayunar.

𝐄𝐋 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐍𝐓𝐀𝐍𝐀 - 𝗝𝗮𝗻𝘁𝗵𝗼𝗻𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora