𝐄𝐋 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐍𝐓𝐀𝐍𝐀 - 𝗝𝗮𝗻𝘁𝗵𝗼𝗻𝘆

capítulo 8

Estuvieron hablando por lo que parecieron ser horas sobre sus colores, lugares, artistas y deportes favoritos.

El chico de la ventana amaba el softball, andar en patineta (Aunque no lo hacía muy seguido debido a su sobreprotectora madre), coleccionar monedas, la nutella, Lana del rey y el color azul. El le contó, a cambio, sus obsesiones con Ed Sheeran, One Direction, Demi Lovato, las cerezas, la pizza, y la poca habilidad que tenía para el deporte.

Ese día rieron como solo ríen amigos que se conocen desde hace diez años. De vez en cuando, Anthony dejaba salir de su boca comentarios sarcásticos, y de inmediato se daba el tiempo de explicar todo, pues sabía que Josh no podría entenderlos.

Fue entonces cuando la madre de Anthony tocó la puerta.

Lisa: ¿Puedo pasar?

Anthony: Mamá... tú -El chico de la ventana estaba asustado-... Estoy vistiéndome, mamá. ¿Podrías quedarte afuera?

Lisa: Claro. Solo vine a decirte que la cena está lista.

El chico de la ventana comenzó a asustarse. Tenía que inventar una excusa.

Anthony: Mamá, no tengo hambre y me estoy sintiendo un poco mal. Creo que prefiero dormir.

Lisa: ¿Seguro?

Anthony: Si, y prometo cocinar algo si me da hambre.

Lisa: Está bien -Aceptó.

Y en cuanto dijo esto, se fue. Anthony respiró hondo. Lisa no era una madre de las que suelen enojarse por todo, pero encontrar a tu hijo hablando con una desconocido a través de la ventana no debe de ser algo muy lindo... Además no quería que viera sus golpes.

Cuando Anthony se volteó a mirar al chico de la ventana, éste estaba chasqueando los dedos y mirando el suelo de la habitación.

Anthony: ¿Qué sucede?

Josh: Necesitas comer.

Anthony: Comería si pudiera moverme...

Josh: Puedes moverte. Acabas de mover tu cabeza.

Anthony: Me refiero a que iría si pudiera caminar sin gritar.

Josh: Oh -Su boca se abrió, sorprendido, como si hubiese olvidado el hecho de que Anthony estaba lastimado- ¿Te duele mucho?

Anthony: Lo normal. Tal vez no vaya mañana a la escuela.

Josh: Eso sería genial -Dijo con una sonrisa.

Anthony: ¿Perdón?

Josh: Me refiero a que así podríamos hablar durante toda la mañana... No hablo con muchas personas, chico de la ventana, y cuándo lo hago no es divertido.

Anthony: ¿Estás diciendo que es divertido hablar conmigo? -Preguntó elevando una de sus cejas.

El chico de la ventana solo se encogió de hombros, sonrió y lo miro a los ojos por unos pequeños segundos. Durante sus conversaciones lo había hecho de vez en cuando, a veces por error y otras con miedo, como si quisiera detallar más sus ojos, como si estos fuesen casi tan hermosos como los de el.

Josh: Sí, supongo que sí.

Anthony sonrió. Jamás se había sentido así. Jamás había sentido tantas mariposas revoloteando en su interior. Jamás había sentido tantos deseos de estar junto alguien. Jamás se había sentido tan feliz. Aquel chico lograba convertir su mundo en algo más positivo, más hermoso. El era tan inocente, tan dulce y tan divertido detrás de aquella coraza de chico rudo vestido de negro con un rostro aparentemente infeliz. Era, simplemente... perfecto.