cuatro

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Eva

Una vez llegada la noche, después de cenar, fui a ensayar a una box, esta semana me tocó con Hugo, pero no tenía ganas de ensayar con él. Puse una de mis canciones favoritas, la que solía escuchar con mi madre, se me ponían los pelos de punta.

Every now and then I fall apart, every now and then I fall apart. And I need you now tonight, and I need you more than ever— canté tocando el piano.

—Que canción más bonita, ¿me la dedicas a mi, verdad?— preguntó Hugo entrando a la box.

—Lo que tú quieras— seguí con lo mío.

—¿Sigues enfadada?— se sentó junto a mi.

—Nunca lo he estado, ya te lo dije antes— dije sin mirarle.

—¿Es porque me salvé con el privilegio?— preguntó ahora más serio.

—De verdad que no, te entiendo perfectamente— anoté algo en mi libreta.

—¿Seguro?— asentí —Voy a ensayar, nos vemos— dio un beso en mi mejilla —. Pero tú también— sonreí y le di un beso corto en la mejilla.

—Chau— dije y él salió —. Hola Nick— saludé a mi amigo quien entró después de que Hugo se marchara.

—Hola— sonrió y se sentó en el suelo —¿te estás pillando?— preguntó en un susurro casi inentendible, fruncí el ceño —De Hugo— negué con la cabeza —. Tiene novia, estás avisada— abrí los ojos como platos.

—Lo sabía, pensaba que no estaban bien o algo, no me ha hablado de ella— efectivamente algo sentía por el cordobés, pero si tiene novia me retiro.

—Se llama Aurora— murmuró y asentí con cierto dolor en el pecho.

—Bueno, gracias por avísame supongo— me reí.

Seguimos hablando hasta que se apagaron las luces y decidimos ir a dormir.

—¿Con que tienes novia?— pregunté entrando a la terraza donde él estaba fumando.

—¿Te lo ha dicho Nick?— asentí —Bueno pues así es, pensaba que lo sabías en verdad.

—Algo sabía— me senté en el sofá —¿Cómo es?

—Rubia, se llama Aurora, tiene el pelo corto, es guapa, no sé, ¿qué quieres que te diga?— apagó el cigarro.

—Me alegro— solté con una sonrisa y me levanté para irme.

La realidad es que me dolía un poco, pero la vida sigue ahre.

—Te has enterado, ¿no?— preguntó Rafa cuando entré a la habitación —No pongas esa cara mujer.

—Es que me había empezado a hacer tilín, ¿me entiendes? Y mira que me cuesta pero— fui a mi cama —,¿qué le costaba avisar antes?

Rafa solo soltó una risa.

—Además en parte ya lo sabía pero, ¿quién me mandaba empezar a sentir algo por alguien con novia y encima tonto?— me pregunté a mi misma en voz alta cuando Rafa salió de la habitación.

—Oye que yo no soy tonto— apareció de repente a mi lado.


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demonios; hugo coboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora