uno

2.1K 32 0
                                    

Eva

Abrí la puerta de la habitación del hotel, al parecer llegué la primera. Y si antes lo digo alguien tocó a la puerta. La abrí y me encontré a dos chicos que buscaban a alguien.

—¿Os puedo ayudar en algo?— pregunté cuando abrí la puerta.

—¿Eres Eva?— preguntó el más alto de los dos, tenia la voz grave y era atractivo, pero no de mi tipo.

—Depende de quien lo pregunte— respondí y el rubio que aún no había hablado me miró con diversión.

—¿Con quién te toca en la habitación?— habló el rubio por primera vez.

—No sé— me hundí de hombros.

—Bueno no hemos venido por eso, dice Clara que bajes porque te tiene que dar algo— dijo el castaño.

—Vale, gracias por avisarme— agradecí y salí de la habitación para bajar a recepción seguida por los dos chicos.

—Eva Barreiro— afirmó más que preguntó la chica y yo asentí —. Toma— extendió una bolsa —. Aquí tienes tu pase para la próxima noche entre otras cosas— informó.

—Vale, gracias— le di una sonrisa y me di la vuelta.

Entré a la habitación y una chica rubia estaba dejando sus cosas en el suelo.

—Hola— saludé.

—Hola, soy Samantha— sonrió.

—Eva— le di dos besos como saludo.

—¿De dónde eres?— preguntó sentándose en la cama.

—A Coruña— respondí.

—Yo de Beniarrés, Alicante— dijo orgullosa.

—Yo fui de fin de curso a Alicante— me reí.

—Creo que yo nunca he ido a A Coruña— se hundió de hombros—¿Qué edad tienes?— preguntó.

—19– afirmé.

—Yo 25– informó ella.

Alguien volvió a tocar la puerta interrumpiéndonos.

—¿Pero otra vez vosotros?— resoplé.

—Nos vas a tener que aguantar tres meses— dijo el rubio.

—Solo si entras— vacilé.

Me sonaba de verlo en los castings.

Entró a la habitación sobrado haciéndome fruncir el ceño.

—¿Puedo pasar?— preguntó el más alto.

—Claro— dijo Sam antes de que yo pudiera hablar.

—Bueno presentarse— soltó el rubio con acento andaluz sentándose en mi cama.

—Eres de Córdoba, ¿verdad?— me reí.

—Si— sonrió —¿cómo lo sabe'? Ya tengo mi primera fan.

—No tonto, todo la familia de mi padre es de Córdoba y conozco el acento— me senté en la silla giratoria.

—¿Ustede' de dónde sois?— preguntó.

—Beniarrés, Alicante— contestó Sam.

—A Coruña— contesté yo.

—Murcia— contestó el alto sentándose en el pequeño sillón.

—¿Edad?— preguntó la rubia.

—19– respondí yo primero.

—20– dijo el cordobés.

—19– dijo el otro.

—25, jo que vieja soy— se quejó mi compañera.

—¿Cómo os llamáis?— pregunté esta vez yo.

—Samantha, pero ya lo sabes— sonrió, tenía una sonrisa muy bonita.

—Hugo— habló el rubio.

—Bonito nombre— alagué ganándome una sonrisa por su parte —. Yo Eva.

—Flavio— dijo el de gafas.

—Me encanta tu voz, es muy grave para tu edad— le miró Samantha.







•••

demonios; hugo coboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora