Inverno Rojo || One shots BuckyNat / WinterWidow

Entre Cuerdas (Tightrope)

Disclaimer: Ni Natasha ni James, ni los Vengadores, ni la canción me pertenecen. La idea es del tuit de Vic, la narrativa es mía. Happy reading!

Hand in my hand and you promised to never let go. We're walking the tightrope, high in the sky we can see the whole world down below. We're walking the tightrope, never sure, will you catch me if I should fall? Well, it's all an adventure that comes with a breathtaking view, walking the tightrope

Regresar de la muerte ya debería ser normal a estas alturas para el soldado del invierno. James Buchanan Barnes, o Bucky, para los amigos, había pasado toda su vida adulta en medio de guerras y batallas de las que nunca aceptó ser parte. Se enroló a la Segunda Guerra Mundial para servir la país que le había dado todo, para honrar la memoria de su padre y para ayudar a su madre y a sus hermanitas con algo de dinero. A pesar de ser algo revoltoso, siempre fue un buen chico. Junto a su mejor amigo, Steve Rogers, siempre estuvo dispuesto a darlo todo. Incluso después de haber sido prisionero de los alemanes y torturado, siguió peleando junto a Steve, ahora convertido en el Capitán América, para conseguir liberar al mundo del odio que esa guerra traía, pero terminó en manos del enemigo. Las cuerdas de esas organizaciones habían sido su guía desde que lo recuperaron de la caída del tren. Vivió muchos años en un estado casi catatónico sin recordar quién era o de donde venía. Fue hasta que la conoció a ella que comenzó a sentirse humano.

Natalia Alianovna Romanova había llegado a su vida de la manera más intempestiva posible. Los altos mandos de H.Y.D.R.A. no confiaban en que él pudiera mantenerse a raya después de tantos lavados de cerebro y, debido a su reciente unión con la organización soviética más importante, la KGB, habían decidido que lo mejor fuera que tuviera un compañero de ellos, para sellar aún más sus lazos de trabajo. Fue así como la Viuda Negra comenzó a trabajar con el Soldado del Invierno. El entenderse no esa sencillo desde un principio, a pesar de que hablaban los mismos idiomas y que estaban en la misma sincronía para trabajar. Natalia era una jovencita libre, en medio de la restringida prisión en la que había crecido, y le apetecía hacer las cosas a su manera; mientras que James era un soldado dominante y educado a la antigua. Eran como el agua y el aceite, como el invierno y la primavera, eran dos estrellas colapsando en la misma noche abandonada. Y sin embargo, se enamoraron. Lo que empezó como un beso para engañar a unos mafiosos que los perseguían se volvió una noche de sexo, que se transformó con el paso de los meses en dos corazones abiertos que se fusionaron en uno.

Todo iba tan bien entre ellos hasta que las organizaciones para las que trabajaban se interpusieron. Otra vez, había miles de cuerdas entre ellos. Los separaron en medio de sangre, gritos y pistolas, porque los amantes soviéticos no iban a irse sin pelear. Los forzaron a olvidarse el uno del otro y cada uno siguió su propio camino. Hasta que el destino, en forma de los Vengadores, los hizo unirse de nuevo. James recordaba a Natalia como si fuera un maravilloso sueño en medio de la pesadilla en la que se transformó su vida. Y verla allí, tan real, tan guapa, tan ella, peleando junto a Steve Rogers le hizo recordar todo lo que en verdad tenía sentido para él. Cuando ella pronunció las palabras mágicas: "al menos podrías reconocerme" un nuevo James surgió en su mente, ese que no era el Bucky de Steve o el solado que creó H.Y.D.R.A., ese hombre era simplemente el que sanó y salió del amor que una chiquilla llamada Natalia le entregó una vez en un oscuro callejón de Moscú.

Sin embargo, no pudieron estar juntos mucho tiempo. Primero los acuerdos de Sokovia, la guerra Civil y el hecho de que Natalia, ahora llamada Natasha, fuera una fugitiva. Después, Thanos y su cruzada para destruir a la mitad del universo que, con un chasquido de dedos, apagó la vida de Bucky Barnes. Y ahora él había vuelto, pero como una maldita broma del destino, había sido su Natalia quien se sacrificó para que pudiese hacerlo. No se iba a perdonar nunca el no haber hecho más, el no luchar como su amor se lo merecía.