AMOR PSICÓPATA [SEGUNDA PARTE EN PAUSA]

MI VIDA POR LA TUYA

Todos bajaron hasta dejarnos a Wesley y a mi solos, en menos de cinco segundos Wesley estaba en el asiento del conductor y yo intente pasarme al de copiloto pero en cuanto acelero, caí de espaldas. La pierna ya no me dolía pero aun así me costó acomodarme en el asiento.

—Hace un rato estuvo a punto de matarnos y tu vas tras de él —Le dije—. Tal vez deberías esperar hasta mañana —Me ignoro—. No se ni porque hago estas cosas contigo.

—Porque te gusta mi mundo —Respondió mirando la carretera. Tras varios minutos decidió volver a hablar—. Decidí que ya no voy a tomar mi medicación.

—Es tu vida Wesley, tu decides que es lo mejor para ti —Lo mire aunque él seguía mirando al frente—. Aunque si no las tomas...ya sabes como te pones.

—Puedo controlarme, si quiero —Con una mano busco algo en su bolsillo, sacó un bote naranja y lo tiró por la ventana.

Todo el trayecto pasó en silencio, Wesley mirando la carretera y yo viendo por la ventana como todo pasaba a una increíble velocidad. Me voltee para decirle algo pero noté que su mano temblaba, tal vez era producto de las medicinas o de otra cosa, pero tomé su mano y él no me aparto. Con el pasar de los minutos, note que cada vez había menos autos, menos casas y casi todo era bosque.

—¿Cuánto falta? —Pregunte nerviosa.

—Solo espera ¿crees que él dejaría su casa a la vista de todos? —Negué con la cabeza y me incline hacia adelante sin soltar su mano y con la otra bosque en el la guantera. En la cual encontré un móvil y un arma, lo cual no me sorprendió. Pero me pareció algo raro que él no me hubiese dicho nada no estar buscando entre sus cosas.

—¿Por qué se llevan tan mal? —Pregunté al cabo de unos minutos

—Él y yo tuvimos muchos conflictos antes de que llegaras tú, hicimos un acuerdo para mantenernos alejados pero ¿Crees que yo puedo quedarme quieto y estar en paz con alguien? —Respondió orgulloso—. ¡Y qué mejor que matar a su hijo! —Ni siquiera lo mire mal, el seguro ya sabía que estaba enojada.

—¿Te das cuenta del peligro en el que me metiste? —Me ignoró por completo pero volví a hablar—. Mi vida y la tuya están en peligro y ni siquiera te preocupa.

—Todavía no es lo más peligroso —Quito la mirada de la carretera y extendió una mano hacia el asiento trasero al mismo tiempo que soltaba la mía. Me voltee hacia él y lo sacudí por el hombro.

—¡Mira a la carretera! —Grite enojada.

—¡No va a pasar nada! —Siguió sin mirar la carretera así que me abroche el cinturón de seguridad—. Dramática —Murmuró con rabia.

—¿Estas enojado porque pienso en mi vida? —Pregunte enojada y él siguió sin darse vuelta. Lo único bueno era que pasaban pocos autos pero aun asi seguia asustada.

—¡Si! —Apreté con fuerza los puños por la impotencia y tome aire antes de responder. El por suerte se volteo, estaciono el auto a un lado y me miró.