Sabías mi debilidad; sabías que con insistir sin cansancio, acabarías obteniendo lo único que buscabas de mí. Recuerdo ese "no" tan débil que salió de mis labios al sentir ya tus manos sobre mi piel, no quería ser tocada por tí y tampoco tenía porqué soportarlo cada que lo hacías. Pero veme aquí, tan estúpida como siempre queriendo volver atrás en el tiempo y haber gritado con todas mi fuerzas ese "no" que ignoraste. Ese "no" inundado con miedo, miedo a que dejarás de verme como a esa chica que querías de novia simplemente porque no me sentía cómoda con pasar ni a segunda base. Porque prefería más quedarme en el home hasta que tuviera los tres strikes y fuera hora de que la siguiente jugadora saliera al terreno.
Ana