"¿Qué hay de tu vida?", leo el mensaje desde la barra de notificaciones y al no tener una respuesta rápida, continúo con lo que hacía. Pienso en qué responder y en ese preciso momento una alarma imaginaria suena, como si lo que estoy a punto de procesar va a acabar dejándome con más preguntas. La muerte llega a mente, esa a la que le resto importancia y ya en varias ocasiones he hablado como si mi final estuviera cerca. Los planes que tenía para este año llegan a mi mente junto con el atraso que les impuse al recibir una noticia que me alegró, la vería una vez más de no haber sido por la pandemia. Pienso en las altas y bajas que he tenido, esas que me hacen recordar el porqué debería continuar con mis planes. Esos de actuar como si todo estuviera bien hasta que llegara mayo, ahí sí los pondría en marcha y lo intentaría, intentaría cometer suicidio con todas las de lograrlo... Pero ya no sé si realmente es lo que quiero, si de verdad quiero ponerle fin a todas esas ideas que tengo en proceso. Esas ideas que ni siquiera he llevado a su verdadero clímax...
Ana
