-Stop pushing you away!- grito desesperada y el primer golpe llega hasta sentir esa área hormiguear acompañado de un leve dolor en la muñeca -¡Debes terminar con esta actitud egoísta que sólo te llevará a la miseria!- un segundo golpe es propinado y mi vista se nubla, en mi mente no hay más que un blanco infinito -¡Maldita sea todo lo que he hecho! ¡Si no podías soportar esta carga, mejor hubieras muerto ese maldito día! ¡Cobarde!- un tercero y cuarto golpe no tardan en llegar, mi mente se ha nublado por completo y no puedo ver nada
-¡Anabelle!- escucho alguien gritar a mis espaldas y vuelvo a mis casillas
Ana