Estoy tan angustiada, no me siento lista para comenzar de cero. Los fantasmas del ayer se aferran a mis brazos y piernas, con sus uñas clavadas en mi piel. Aún así no me causan dolor, lo único que duele es ese nudo en la garganta y los sentimientos que he guardado para mí. Era lo único que dolía hasta que atravesaron mi pecho con esas garras largas y filosas; mi corazón está intacto, pero fuera de mi cuerpo. No está en el lugar que corresponde, está en manos de un ser que se ve igual a mí. Un ser lleno de sufrimiento, dolor, odio y rencor; está cansado de mi lado débil que mantiene clemencia ante cualquier persona... Ese lado que se aferra a las cosas buenas de los demás y deja pasar el daño que le hacen, ese lado que jamás se atrevería matar ni a una mosca.
Ana