«Estoy aquí, ya te encontré… Ahora soy parte de ti»
Desperté con el corazón acelerado, sudando y la respiración incontrolable, aquel sueño pareció real, tanto que incluso los bellos de mis brazos estaban de punta, desesperada observé a mi alrededor para asegurarme que Luca estuviera conmigo y aunque me encontraba en casa de Luca aún; me observé el cuerpo y me encontré con ropa diferente, tenía una camiseta negra, unos pantalones de dormir y calcetines, él no estaba en la habitación.
El reloj sobre el buró frente a mí marcaban las seis de la tarde, dormí poco más de diez horas al parecer.
Entonces, escuché voces provenientes de la sala; la primera era de mi hermano y pude reconocerla al segundo, pero la otra no y por alguna razón parecía escucharla muy cerca de mí; como si aquel hombre hablara en mi cabeza, así que salí para echar un vistazo y encontré a mi hermano fumando un cigarrillo mientras jugaba cartas con otra persona, con otro chico.
Todo indicaba que Luca se volvió adicto a la nicotina después del accidente, pues desde entonces siempre ha fumado.
—Por fin despiertas — Luca me sonrió ladino, feliz—. ¿Quieres vernos jugar o prefieres comer? Los macarrones ya están calientes de nuevo —dijo, señalando con la mirada hacia la olla en la cocina.
—Tal vez después.
Cuando me acerqué a la mesa me senté sobre la silla disponible, quedando en medio de ambos muchachos, los cuales habían inundado la sala de silencio y una sensación extraña.
—¿Es póker? —pregunté.
—Por supuesto —respondió Luca.
Podía escuchar el corazón de Luca bombear con fuerza debido a la emoción del juego, yo no era experta, pero gracias a lo poco que conocía sabía que Luca iba ganando, sin embargo un segundo corazón latiente captó mi atención y ella del otro chico, su corazón sonaba profundamente lento, sin miedo y atento.
—¿Él es tu amigo? —consulté nerviosa y señalé al chico con el dedo.
Tan solo tener al chico cerca una extraña sensación me recorrió la piel, como si algo me quemara al mismo tiempo que me aceleraba el corazón, sentía desconfianza, una capacidad de notar la oscuridad que cubría su cabeza como una nube tormentosa, algo que tal vez lo llenaba de ira, de molestia y odio.
—¡Oh! Soy un desastre sin modales —. Él rió—. Él es Dann. Un amigo y tal vez el único en el pueblo —expresó señalando al joven frente a él.
Lo miré y el clavó sus ojos en mí, su mirada me parecía completamente intimidante y sibilina, pude jurar que ni siquiera parpadeaba; en su mirada pude encontrar rencor y yo sentí una culpa inminente, así que alejé la vista cuando entendí que no me iba a quitar los ojos de encima si yo no lo hacía primero.
—Dann, ella es mi hermanita, Rachell. Es de quién te he hablado —me presentó.
—Es un gusto conocerte, Dann. Aunque mi hermano jamás me habló de ti —dije con una sonrisa.
Extendí mi mano para saludarlo, pero él solo la miró para después ignorarla.
—Oh, Rachell —me susurró mientras lo miraba a él y se reía—. Está loco. Tiene la personalidad de un gato.
Luca parecía nervioso, por lo que decidió romper ese hilo de conversación para tomar las cartas y volver a revolverlas, yo observé el juego en silencio y luego de un par de minutos noté que Dann triunfaba con ventaja sobre Luca, pero al final mi hermano tomó la revancha; cómo siempre, Luca demostrando lo buen jugador que es.
—¡Eso fue una buena revancha! Siempre me salgo con la mía —Luca comenzó a reír efusivo—. Iré por un vaso de agua, ¿Quieres un poco de agua, Rachell?
—Claro.
Cuando Luca se fue, le eché un vistazo con disimulo a Dann; sus ojos estaban atentos a las cartas que había tomado para revolver, lo observé detalladamente, sus manos eran ridículamente grandes y un poco sucias, por un instante llegué a la conclusión que Dann parecía bufar en vez de respirar y después de juzgarlo, mis ojos ya no pudieron apartarse de él.Estaba por completo anonadada a lo que veía y un sentimiento de paramnesia me invadió, traté de ver más allá de ese misterioso aire para averiguar porqué su rostro se me hacía tan familiar y con recuerdos de haberlo visto antes, de pronto sus grandes ojos se posaron en mí, eran brillosamente negros con unas ligeras ojeras por debajo, tan dilatados como un felino mirando a su presa.
—Deja de verme —ordenó molesto.
No le presté atención a sus palabras y me dediqué a mirar su rostro masculino con deslices de finura; la nariz larga y respingada le hacía justicia a su rostro, sus pómulos marcados con un raspón en el derecho, los labios carmesí y ese insistente movimiento dentro de su boca donde parecía estar mordiendo su lengua hacían un conjunto sublime y aterrador.
Yo quise alejar mi mirada, pero resultó como un imán sobre metal.
Dann sacó su lengua y relamió sus resecos labios para después morderse los pellejos hasta hacerlos sangrar, y yo había quedado perturbada al ver eso, el morbo de ver cómo se arrancaba pequeños trozos de piel para después lamer su sangre me tenía embelesada.
¿Sus labios sabrían a metal?
—Cállate —susurró entre dientes y con un ronroneo que emanaba desde el fondo de su garganta, eso me hizo salir de mis pensamientos.
—¿Qué?
Lo observé con duda ante su comentario, pues no entendía a que se refería o por qué quería que me callara si no estaba hablando, fue cuando terminé de entender que estaba tratando de interactuar con un demente que me miraba como si quisiera matarme.
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Luna de Noviembre [Oscuros #1] [FINALIZADA]
ParanormalGlumy; el pequeño pueblo donde las personas residentes son escasas, propagando el mito de la bestia que se devora a todo lo nuevo que llega y culpando a su propio lago de las desapariciones en masa. Una madrugada Rachell llega desesperada a este pu...