¿todo bien en casa?

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El país latino de dos estrellas abría sus ojos con dificultad por a la luz que llegaba a estos desde su ventana, se levantó de la cama despojándose de las cálidas sabanas y encaminándose al baño para asearse.

Pasados los minutos Panamá ya se encontraba arreglado y comiendo un no tan saludable desayuno. Mientras desayunaba usa su celular, nada mas lo encendió cuando una cantidad sorprendente de mensajes llegan a este, eran de Venezuela, quien parece que pasó toda la noche intentando comunicar con el.

"pana", "perdon", "necesito arreglar las cosas", "no queria hacerte sentir mal", "fue por el gringo"

Y mas mensajes similares, en total 23 de estos.—¿ahora que le digo?—pensó un tanto agobiado. No quería perder la amistad del venezolano, pero no podía evitar sentirse dolido por lo que dijo, aun asi, que pasa si el tiene razón. —no estoy enojado—mintió, escribió en su celular.

Casi ese mismo segundo llegó otro mensaje devuelta.—me pase con lo que dije ayer—expresó en un chat—no quería hacerte sentir mal.

—tenias razón —continuó—¿Por qué soy tan crédulo?—Cuestionó el de colores azul, blanco y rojo.

—no es a lo que me refería—escribió el suramericano.—¿podremos hablar mañana en la junta sobre esto?-

—ok—respondió, el contrario lo ve y se desconectó del chat.

Sintió algo de culpa. Sabe que no era la manera de arreglar las cosas, pero el venezolano había tocado su confianza y ala vez su auto-estima. No tenia como expresar la vergüenza que sintió saliendo de la fiesta, las miradas, la falsa preocupación, por un momento se vio tan vulnerable y desprotegido.

—tengo todo el día para hacer lo que quiera—dijo levantándose de su lugar y saliendo de su casa.

[...]

—¡hey, ya despierten!—gritó Colombia, tirando a Venezuela y Ecuador de sus camas. Debido a lo tarde que salieron de la fiesta aun se encontraban cansados.

—en nombre de lucifer déjame dormir—somnoliento Ecuador, aun tirado en el suelo.

—mamá, no quiero ir ala escuela—se quejó Venezuela enrollándose más en el edredón.

Colombia abre las cortinas y el resplandor del sol ilumina sus caras.

—no me estén molestando después, saldré con Costa rica y no les dejaré desayuno—se marcho en dirección a su habitación. Fueron suficiente esas palabras para que se levantarán, eran muy perezosos como para hacerlo ellos mismos.

[...]

Todos los paises se encontraban en territorio mexicano y precisamente en la capital, tenían al rededor de una semana desde que todos ellos viajaron desde sus territorios.

Panama toma su día con calma, se pasó el día paseando de un lugar a otro, sin ninguna destino determinado, solo iba a los lugares que le llamaban la atención. El panameños ve un tianguis, bajó a curiosear un poco. Se encontró con sin fin de cosas, ropa, artesanías, frutas, por mencionara algunos.

Camina sin saber donde mirar, jamás estuvo un lugar asi, con tanta variedad. Panamá se detiene de repente, mira el puesto de una señora, cabellos canoso, morena y delgada. Le intereso la cerámica que ella vendía, un jarrón de color crema decorado con girasoles y líneas doradas conectadas una sobre otra y circular en su base, una superficie lisa y bien trabajada. Simplemente una pieza decorativa muy bonita.

No voy a perderte (panavene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora