No voy a perderte (panavene)

batalla epica

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Panamá se negó rotundamente al hecho inevitable de que entre los 2 mayores asesinaran al yankee.

Se armó de valor y tocó la puerta del americano, intentado no despertar a nadie mas que no fuese el.

Pronto se levantó y abrió la puerta, el iba a salir, más Panamá lo empuja al interior.

—(What happens?) ¿Que pasa?—cuestiono somnoliento.

—Lo que pasa es que...—lo mira fijamente— mis hermanos llegaron sin avisar y estan durmiendo aquí—dijo en un tono de voz atonó.

Se sentaron en el borde de la cama.

—¿Quieres que me vaya?—susurra.

—No quisiera, pero debes—suspiró—ellos no se tomaran a la ligera... Esto.—

—No te preocupes, detodas formas solo me queda hoy, ya mañana tengo que ir al aeropuerto, lo que menos querria es incomodarlos—

—ya le avise a mi agente que te quedaras en un departamento hasta mañana—ahora evitó el contacto visual, jugando con sus manos.

Panama se levanta y se encamina a la puerta, pero antes de retirarse se devuelve a dar un abrazo a USA.

—este viaje fue de 5 estrellas, lo podría recomendar—sonrió apegado a el.

—Ya deja tus bromas—sonrió con un sonrojo.

Se dieron cuenta de lo cerca de sus rostro y era casi inevitable que no se acercaran mas y terminara en un beso. Extrañamente había sido correspondido.

—B-bueno, te espero en la salida.—
dicho esto salió de la habitación a la sala, USA metió en su maleta las pocas cosas que tenía.

Pronto ya se encontraban en la sala, con un cambio de ropa y su maleta.

—nos vemos—se despidió el estadounidense, no sin antes volverlo a abrazar y besar su frente. Luego salió por la puerta, el chofer estaba aparcado afuera y se fue.

Había sido todo un éxito, nadie se dió cuenta cuando USA ya no estaba.

Panamá se dedicó todo el resto de la madrugada a limpiar y deshacerse de cualquier cosa que lo delatara,(aunque sea un poco tarde).

Esa noche no durmió, pero valió la pena.

—Marico, ¿que mosca te pico?—Pregunto vene entre risas.

—llegaron muy derepente, La casa estaba hecha una porqueria.—dijo el, se recargaba en el trapeador con una taza de cafe en su mano derecha.

Después de un rato todos los demas despertaron y se sentaron a desayunar.

El de dos estrellas hecho ese arduo trabajo se fue a dormir un rato.

[...]

El dia transcurrió con normalidad, el centroamericano no ponía atencion a lo que los trillizos hacian, nada en el mundo podia cambiar su animo, ellos veían raro la constante sonrisa y rubor en la cara de Panamá.

Deprónto Ecuador llega a el con una idea.

[...]

Atardeció  sin darse cuenta, la casa limpia y ordenada no duró mucho,
Los menores hicieron un fuerte con los sofás, sábanas y almohadas, lo proclamaron su palacio, y los otros dos mayores eran quienes intentaban invadir el palacio, tomando el papel de unos rebeldes.

—¡Nos estan atacando!—grito Panamá.

—No podemos atacarlos, tienen rehenes—Ecuador apuntó con su dedo índice.

En efecto, tenian "rehenes" un grupo de peluches que mantenían capturados los "reveldes".

—Si no nos entregan el tesoro, estos peluches no volveran a sufrir de dolor de cuello—rió como malvado Colombia sosteniendo una daga de cartón en el cuello de una jirafa de peluche e igual vene con el oso de peluche.

Los dos llegaron hasta donde se supone que era la base enemiga, una pila de colchones asemejando un refugio.

Con tubos de carton como espadas y escudos de almohada, se fueron a la pelea, estaban "muy bien protegidos", amarraron a su torso almohadas y usaban cascos de hollas.

(¿De donde sacan tantas almohadas?)

—¡si quieren el tesoro tendran que pelear por el!—dijeron al unisono.

Comenzó la batalla mas epica de carton de la vida.

Los mas bajos se aventaron ensima de "los enemigos" haciendolos caer, les pegaban con los tubos una y otra vez, no probocaba daño y eso lo hacía mas divertido.

En ese momento Colombia y Venezuela estaba arrepentidos de haber aceptado jugar.

Ecuador  y Panamá se tomaron muy enserio protejer a sus "ciudadanos".

[...]

Al final del juego, Panamá y Ecuador salen victorioso, torturaron, amenazaron y enrollaron a los reveldes con las sábanas.

—¡Si no me devuelven los lingotes chocolate, veran cual sera su destino!—gritó Ecuador como un poderoso sultán.

—¡Nunca!—puso resistencia Venezuela.

—¿A si?—interrogo Panamá

—¡Si!—resistió Colombia aun atado.

Los obligaron a ver peliculas de princesas y unicornios de mala trama.

—¡piedad! ¡Piedad!—gritaban gritaban dramáticos, no soportaba tanta dulzura y amor en la serie.

Después por el cansancio sólo se tiraron al suelo a dormir, también los perdedores aun enrollados en las sábanas uno encima del otro.

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~cherry~