No voy a perderte (panavene)

última noche juntos

—¡no lo volveré a ver nunca!-lloró arrodillándose en el suelo de la habitación de panamá, su único consuelo es saber que estaría bien si no estaba con el.

[⏮pasado]

Después de dos días de su "secuestro" por fin llega a casa, y como se lo esperaba estaba casi desolada, Colombia y Ecuador esos días dormían en casa de la tica, saldrían de los problemas en casa por un tiempo.

—la puerta estaba abierta...—murmuró.

Se adentra a la casa, el eco del pasillo hacen sonar mas fuerte sus pasos hacia su dormitorio, abre la puerta y encontrándose con Venezuela sentado en la cama bastante deprimido.

—hola pan—se levanta y da un gran acercamiento al nombrado, este retrocede un poco—-...Perdóname—

—Se que no es tu culpa—llevó ambas manos al rostro del alto, cerraron sus ojos y pegaron sus frentes.

—Es la última vez que te tendré aquí... Tan cerca...—las miradas se nublan en lagrimas.

—Ya se...—susurró y con las mejillas llenas de lágrimas se dieron un beso.

Hay un breve silencio para luego el mayor expresar—después de pensarlo mucho... es mejor así, prefiero que me duela el corazón por tenerte lejos, que por verte con moretones—el alto llevo sus brazos hasta su cintura y cortando distancia, volvió a besarlo, el otro llevó sus manos atrás de su cuello.

Las miradas de amor dedicadas el uno al otro, el gentil y cariñoso tacto, esos silencios que podían ser eternos; tan perfectos que contaban mas de ellos que una canción.

El venezolano queda estático con una pequeña sonrisa y una mirada fija en el mas bajo, detallando ese instante en su mente.

—¿Por qué me miras así?—Preguntó el de estrellas bicolor en una pequeña risa.

—Intento guardar este momento en mi memoria, no quiero que ningún detalle se me escape—miro sus ojos, aquellos que eran como un rubí y un zafiro.

—o... ¿podríamos tomar una foto?—ríe avergonzado por sus tiernas palabras.

Bromea—Me pongo sentimental y la cagas—ríe ala par y una vez mas unen sus labios.

Poco a poco los tiernos besos cobran una particular esencia que solo los unía mas, tan perdidos y cegados por estar en los brazos del otro y que cada minuto ahora en adelante sería la cuenta regresiva de un indefinido adiós.

Se separan breve—no quiero que te vayas...—

—...y yo no quiero irme.—

Las mejillas ardían en calor, miradas cristalinas, corazones rotos y sedientos de amor.

Cerraron las puertas, apagaron las luces y la luna los iluminó otorgándoles ese último instante.

~cherry~

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