Ninguno de los dos había podido contener las lágrimas. James la abrazo y le volvió a suplicar. Amelie se dio cuenta que ella necesitaba hablar con él aunque le cueste demasiado. Acepto finalmente y mas tranquilos acordaron verse por la noche en su casa.
Amy se sentía angustiada y enojada a la vez. Su incertidumbre de no saber lo que podía ocurrir la tenia como loca. Llamó a Rebecca para que le explique lo sucedido.
-¿Por qué me mentiste? Al menos me deberías haber preguntado si quería escucharlo, si quería verlo, si lo extraña…
-Vos mentís Amy. Las dos sabemos que lo seguís amando.
-Pero es que no me siento preparada, ¡Necesito más tiempo!
-¡La vida es demasiada corta para esperar!
-Vos siempre con tus frasesitas. No estoy segura que…-el ruido del timbre la interrumpio- Rebecca es él, no voy a poder.
-Amelie, vos solo escúchalo, no te pido que lo perdones, solo míralo a los ojos y recorda todos esos momentos hermosos que viviste junto a él. Estoy segura que no te vas a arrpentir.
Abrió la puerta y ahí estaba, sus manos temblaban y trajo consigo un ramo de rosas rojas enorme.
-H-Hola, ¡Son para vos! ¿T-te gustan?- dijo tartamudeando.
-Sí, son muy bonitas. Gracias pero no hacía falta- dijo ella tratando de sonar desinteresada.
Amelie lo invitó a pasar a la sala.
-Sentate, ahora traigo algo para comer, si te parece bien.
-Si, me parece bien.
Puso en la mesa unos sándwiches de miga y una jarra con jugo. Lo invitó a comer y acordaron que luego hablarian del tema. Se hizo un silencio absoluto e incómodo.
-Esto me recuerda al almuerzo de aquel domingo...- dijo James cauteloso- cuando nos dimos nuestro primer beso.
Amelie abrió grandes los ojos. No podía creer que en este momento recordará algo asi, tan profundo.
-Ya basta de preámbulos, ¿Qué queres explicar? Deja de jugar conmigo James- gritó enojada.
-Amelie yo te amo, todo fue un error. Bárbara,ella, yo bueno, yo creí que no te importaba más. Ella había sido unas de las primeras personas que estuvo conmigo después del accidente, pero yo nunca pude sacarte de mi cabeza. Te amo. Bárbara confeso que hizo todo a propósito para hacerte daño y me arrepiento de no haberte hecho caso. En fin estoy aca y necesito saber si vos aún sentis algo por mi- dijo James apenado.
-¿Hiciste todo este viaje para saber si te amo?-James asintió mientras se le escapaban lágrimas de los ojos- Entonces perdiste tu tiempo-dijo Amelie mientras le daba la espalda a él y miraba hacia la ventana, no podía decírselo mirándolo a los ojos-Yo ya no siento nada por vos.
-Decime la verdad, princesa- murmuro James con poca fuerza.
Amelie se rompió en llanto, cuanto habia deseado volver a escuchar esa palabra.
-Mírame a los ojos y repetí lo que dijiste.
Amelie no daba más. Las lagrimas de ambos eran incontrolables.
-Las cosas terminan, pero los recuerdos siempre duran- dijo James acercándose lentamente por detrás para abrazarla.
Amelie lloraba desconsoladamente, cada palabra de James era un alivio en su corazón, por eso lloraba porque su corazón lo necesitaba.
Necesitaba sus abrazos, sus besos, sus dulces palabras, sus comidas, sus ojos, sus canciones, su sonrisa, su humor. Lo necesitaba a él.
-Acaso no recordas, todo lo que vivimos, sentimos, reímos juntos, ¿Lograste olvidar todo eso? Amelie solo quiero tener paz, con tu sonrisa a mi lado- de pronto comenzó a cantar una canción que solían escuchar juntos.
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La fuerza del Destino (Novela corta)
RomanceUna de las primeras novelas que escribi, habla sobre las vueltas de la vida y, claramente, el destino, el amor y más. Sumergete en esta corta historia y descubre las emociones de James y Amy. Facil de leer y comprender. Todos los derechos reservados...