Hola! Yo acá otra vez (?)
Éste fanfic ya estaba terminado, pero...no puedo dejarlo así, menos cuando amo tanto el BokuAka. Quizás vuelva a actualizar después de esto, quizás no. Todo depende de la inspiración y la recepción que tenga xD
Sin más que decir, aquí les dejo esto que surgió de un delirio con una amiga xD
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Viernes por la mañana.
Las clases habían comenzado hacía unos 10 o 15 minutos ya desde que había oído la campana del colegio. Akaashi Keiji siempre era puntual. A su entender, llegar tarde a un lugar específico con un horario programado se consideraba una falta de respeto y una ausencia completa de interés en el asunto, por lo que aquella mañana, como todas las mañanas de ese año, del año anterior y desde que tenía memoria, había llegado a la Academia Fukurodani veinte minutos antes del horario en el que comenzaba su primera clase.
Había llegado al salón, había logrado tomar asiento y comenzado a retirar algunos de los libros de texto que sabía iba a utilizar en las primeras horas. Incluso había decidido - pese a que aún hacía frío a principio de abril - abrir un poco la ventana que justo daba para el banco que él ocupaba, intentando refrescar su mente aún un tanto adormilada.
Durante su viaje corto hacia el colegio, había llegado a la conclusión que desayunar nunca había sido una buena opción para su sistema digestivo. En el trayecto y allí, sentado en el banco mientras veía como algunos alumnos ya comenzaban a llegar a su salón, había sentido una leve opresión en la boca de su estómago que lejos de mermar, había ido empeorando.
Hasta que se había vuelto insoportable y había tenido que literalmente salir corriendo hacia el baño más cercano, en donde actualmente se encontraba.
Había vomitado el desayuno completo, casi sin digerir.Y no había sido en una sola ocasión, sino en una tanda de arcadas sin náuseas de por medio que lo habían dejado arrodillado frente al retrete de uno de los individuales del baño, sin fuerzas y con un dolor bastante molesto a los costados de su vientre producto del esfuerzo que había hecho.
Recuperando un poco la compostura y nervioso porque sus pertenencias estaban en el salón y él se hallaba ausente, se preguntó a sí mismo por qué le estaban sucediendo ese tipo de situaciones desagradables desde hacía un par de semanas. Mientras refrescaba su rostro y se enjuagaba la boca en un intento por quitarse el mal sabor con el que había comenzado el día, Akaashi se cuestionó si aquello podía ser producto de sus nervios. La graduación no estaba lejos, el ingreso a la universidad estaba a la vuelta de la esquina y el equipo de vóley que tanto le había costado reagrupar luego de que los de tercer año se hubiesen graduado ya daba muestras de poder valerse sólo, con un nuevo capitán que pasaría a tercer año cuando él se graduara ya elegido.
Si todo estaba en orden, si todo iba bien encaminado y no había sobresaltos, ¿por qué no había podido dormir bien, el café le caía tan mal últimamente, estaba teniendo tan mal humor y vomitaba mañana de por medio?
Carraspeó, observando su rostro ojeroso en el espejo. Aquella noche tampoco había dormido demasiado bien. Había dado incansables vueltas en el colchón hasta que había logrado conciliar el sueño 3 horas antes de que la alarma lo volviese a despertar.
Y sus ojos se desviaron a su cuello parcialmente descubierto luego de que se hubiese desabrochado el primer botón de la camisa y retirado la corbata en un intento por no ensuciarla. Como si su mente se hubiese puesto repentinamente en blanco, su mirada quedó paralizada en aquella marca redonda que, pese al paso del tiempo, no perdía intensidad sobre su piel.

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Vainilla
Любовные романыKeiji Akaashi se vio sorprendido por sus ciclos hormonales irregulares; decidió seguir con su vida cotidiana, después de todo, la persona con la que más se frecuentaba no solía percatarse de ese tipo de detalles...¿o tal vez ahora si? BokuAka, Omeg...