Capitulo 4

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La mañana llegó y con ella los primeros rayos del sol, disfrutaba de la paz y la serenidad de mi cama, el confort y el calor suave entre las sábanas

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La mañana llegó y con ella los primeros rayos del sol, disfrutaba de la paz y la serenidad de mi cama, el confort y el calor suave entre las sábanas. Estiré mi cuerpo y tantee mi lado derecho, vacío. Mi cabeza había hecho una mala jugada, a través de sueños me mostró una realidad hermosa, ya no estaba solo, alguien me despertaba a besos y me susurraba palabras dulces en el oído, la dueña de unos ojos grises, de una sonrisa que conquista. 

¡Ahg! Realidad, dulce realidad, con una mueca de asco mire el lado vacío. Tenerlo todo en un segundo y al otro nada, no me gustaba aquello, Yelin era una mujer no solo atractiva sino que muy dulce en su manera de ser, muy delicada e inocente como una niña, poseía un espíritu juvenil, era de esas mujeres que no solo te conquistan por las hermosas caderas que tiene o lo deliciosas que se ven cuando se muerden inconscientemente el labio, no, bueno...si atraía en gran parte pero, su actitud....su forma de ser...

 — ¡Diablos Jungkook, no lo hagas!  — me regañé a mi mismo mientras miraba el techo y me daba cuenta de lo que pensaba, no me tengo que enamorar, primero ella, luego cuando sea seguro enamórate  —no estoy para volver a sufrir — mi corazón ya tenía suficientes heridas...

El teléfono celular comenzó a sonar y me incorpore buscando dónde diablos lo había puesto, un mirada general y lo encontré en el suelo, ni bien vi la pantalla contesté de inmediato  —¿Qué tienes para mi? —

 — Buenos días para ti también ¡Oh por dios! Siempre tan considerado y educado — puse los ojos en blanco y me tiré de espaldas nuevamente a la cama  — es normal, todo está limpio, Kim Yelin, trabaja a tiempo completo en una librería, padres en América, hija única, no tiene antecedentes penales, ni siquiera fue denunciada como desaparecida...normal...y sabes lo que pienso cuando algo es muy normal ¿No? — cerré los ojos y asentí, a pesar de que él no podía verme —  debes ponerla de patitas en la calle lo antes posible — dijo Namjoon, la imagen de ella se proyecto en mi mente, sus ojos grises, su cara de muñeca, su manera de ser....

—  No hay de que temer  — dije al fin, es imposible que esa princesa me haga daño, más bien alguien podría hacerle daño — debo cuidarla —

 — ¡Oye! ¿Sabes que el que trabaja en la base de datos es gay? ¿Tuve que aguantarme ser piropeado durante dos horas para que me digas "debo cuidarla" justo después de un "patitas en la calle" mío?  — su actitud me causó gracia —ni te atrevas a reírte — pero ya era tarde, de solo imaginar su cara me era imposible no reírme. 

— Si fuera peligrosa ya hubiera saltado, está sola, asustada y tiene una poderosa laguna mental —  enumeré las razones lógicas, tampoco le iba a decir algo como "sabes, ni bien la vi me embobó y no quiero estar lejos de ella ni un segundo"— ...estaré bien  — y recién ahí fui consiente de mi pensamiento, no se trataba de echarle la culpa a mí soledad ni nada de eso, no se trataba de algo pasado, todo era el presente, y ese pensamiento fue la respuesta, estoy flechado, quiero que se quede no porque me sienta solo, porque me gusta, porque a la que quiero conocer es a ella, a la que quiero mimar y proteger, meterla en un castillo de cristal...

Bajo Llave | Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora