Y mi mañana comenzó con un exquisito aroma a café y una cama vacía. Nadie me habría preparado para el espectáculo más tierno que vi en mi cocina. Mis parlantes estaban encendidos con música demasiado movida acompañado de un canto francés, una Lin demasiado conectada con cada nota musical, movía sus pies de un lado al otro mientras preparaba algo. Eché una mirada al equipo viendo conectado el USB. La mesa repleta de bocados que se veían realmente deliciosos.— Podría acostumbrarme a esto — dije con una sonrisa en mis labios. Me acerque lo suficiente para robarme un beso de labios — buenos días, parece que tienes mucha energía — bromeé pasando mis manos por tu cintura — me di cuenta que tienes trabajado el abdomen para ser una lectora y maestra de la cocina — comenté tanteando su vientre por encima del suéter que había tomado.
No es que estuviera a favor de los estereotipos pero ¡Vamos! Una maestra de las ciencias culinarias a la vez ser una vendedora de libros con una afición por la temática erótica y que físicamente estés tan... buena. No era yo el que lo clasificara así, por alguna extraña razón o tal vez no tanto, los lectores odiaban el ejercicio...o la gran mayoría y los que amaban la cocina, no les importaba esos kilitos demás.
Por mi parte, deseaba que más mujeres olviden eso de ser delgadas y se entreguen a los placeres de la comida ¿De qué sirve ser delgada si te la pasas deseando? "Desearía comer esa torta de chocolate" cuando escuchaba esos comentarios quería gritarles ¡Adelante mujer, come lo que quieras, olvida la figura, la vida es una! Son las primeras que publican en sus perfiles en redes sociales frases de "Quiérete como eres" "No cambies por nadie" "Vive la vida" "Que se enamoren de tu persona" bla bla... ¡HELLO! El estómago también tiene derecho a ser feliz.
— Que no te confundan mis gustos con mi manera de vivir, no me privo de nada simplemente tengo demasiada energía y me gustan los deportes — tu voz sonó un tanto ronca, la noche pasada fue un caos, nada de lo que había planeado había resultado. Sonreí cuando te vi girar entre mis brazos para estar cara a cara — buenos días — susurraste antes de besarme, instantáneamente mis manos bajaron un poco más abarcando todo tu trasero y poniendo un apretón — te ves muy hermoso cuando duermes — abrí los ojos ni bien escuché eso — ¿Te sorprendí? — asentí.
— Estás fuera de serie, jamás vi a una mujer hacerle cumplidos a un hombre — bajé un poco y alcancé sus labios en un suave beso para ser interrumpido con tu intento de habla.
— No soy de las que considera que solo el hombre es el que debe decir halagos — murmuraste antes de volver a unirnos en un beso fugaz — Y ahora bello durmiente, es momento del desayuno — reí ante su comentario.
— Me encantas — confesé — y no soy un bello durmiente, no es mi culpa que tu reloj cerebral se active tan temprano — agregué, perdí noción de las cosas cuando tus dedos se perdieron en mi cabello, acariciando y jugando con los mechones — Te advierto que si me haces eso cinco segundos más te arrancaré la ropa y te voy a follar tan duro como no tienes idea — dije con bastante seriedad.
ESTÁS LEYENDO
Bajo Llave | Jeon Jungkook
FanfictionSoledad, eso es lo que hay en estas cuatro paredes. Salir, correr, ordenar, es lo único que hago. Una rutina, monótona. Pero eso cambió cuando te encontré, frente al muro, desnuda, sola, hambrienta y tan mía. Joder, cuando te ví, solo quería llevar...