Soledad, eso es lo que hay en estas cuatro paredes.
Salir, correr, ordenar, es lo único que hago. Una rutina, monótona.
Pero eso cambió cuando te encontré, frente al muro, desnuda, sola, hambrienta y tan mía.
Joder, cuando te ví, solo quería llevar...
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La llamada se cortó. No fue porque alguno de los dos haya pulsado el icono de finalizar llamada. La señal se había ido, había dejado de escuchar a Jin. Cuando quise acordar la luminosidad de la sala bajó considerablemente.
— Se cortó la luz — dijiste asustada — ¿Qué sucede Jungkook? —
Aún tenía el teléfono en mi mano, escuchando como la electricidad abandonaba el recinto. Aquello no podía ser casualidad. Alguien nos estaba haciendo esto y ahora venía por mí.
— No lo sé, pero no te apartes de mí — dije, las velas iluminaban perfectamente, si alguien estaba allí afuera, observando, tenía una visión perfecta de todo y el camino libre — Lin ayúdame a apagar las velas — eché una mirada a los ventanales, la oscuridad de la noche, lo espeso de los árboles, había dejado de ser un refugio, una barrera de protección, ahora algo se escondía allí, una amenaza entre el muro y el bosque. La sala quedó en una profunda oscuridad, no había luna que alumbre, el cielo oscuro tapaba cualquiera que anduviera allí. Sin electricidad no había seguridad, ni cerca eléctrica sobre el muro. Aun así no tenía miedo, tendría que derrumbar el primer piso, de vidrios y puertas blindadas.
— ¿Qué sucede? — ¿por qué últimamente todo se reducía a esa pregunta?
— No lo sé — confesé, en mi mente comencé un conteo regresivo después del primer ruido, ese característico "tac" de cuando se abría el paso.
— ¿Qué fue eso? — tu voz se escuchó estrangulada por el miedo.
— Siete...seis...—comencé a contar en voz alta, tus ojos miraron por el ventanal con miedo.
— ¿Qué harás? — preguntaste ¿Qué haré? Fruncí el ceño mirándote ¿Qué clase de pregunta era esa?
— Tengo que proteger este lugar, más que nunca ahora que tu estas aquí, me he prevenido para casos como éstos — dije rogando que todo funcione —...dos...uno — terminé el conteo, me alarmó tu expresión de horror, dos segundos después la electricidad se reanudó haciendo que todo vuelva a funcionar — Es un generador de energía, se activa un minuto después del corte, ese "tac" que escuchaste son los sensores aceptando la nueva fuente, exactamente diez segundos después se reactiva todo — expliqué, volví a mirar el terreno mío, las luces iluminando todo. Un suspiro de alivio me llegó por tu parte — entiendo — dije — sé que estas asustada, perdida y confundida, que no sabes que te sucedió pero créeme que jamás dejaré que algo te suceda — juré mirando por el ventanal.
— No sé qué es...pero hay algo en ti que me empuja a creerte —
Aquella confesión lo valió todo, cada maldito segundo, pensamiento, cada paso nuevo en mi plan...todo.
— ¿Será que ya saben que estoy aquí? — dijiste, nos estábamos acercando, pero aún faltaba, faltaba mucho más y que confiaras en mi ciegamente, por esa razón no me quedó otra más que mentirte.
