●[Capítulo 13]●

1.1K 135 74
                                    


□|Una mala cena y un puñado de promesas|□


Nadia


Después de servir la mesa, nos sentamos todos en nuestros respectivos asientos.

Un silencio sepulcral reina en el comedor, siendo interrumpido cada corto intervalo de tiempo por el repique de los cubiertos contra la cerámica de los platos.

Siento dos sentimientos fluyendo en mi interior: nerviosismo y preocupación. El primero porque, como es obvio, me intimida la presencia de nuestros padres junta a la de Jace, más incluso en este momento de mi relación extraña con mi hermanastro. El segundo es justificado por la tensión que percibo entre padre e hijo ahora mismo. ¿Por qué sucede eso? No tengo la menor idea.

Aunque Arthur llega a ser más retrógrada y obtuso en algunos aspectos de sociedad, suele tener una relación muy llevadera con Jace, aunque eso no significa que ambos no se la pasen discutiendo por sus diferentes puntos de vistas. Por suerte, nunca ha pasado a mayores y suelen arreglar las cosas por mutuo acuerdo.

Tal vez hayan tenido algún pleito relativo a la empresa.

—Por cierto, Jason, el Sr. Peter parece muy interesado en ti —comenta entonces Arthur, quien mantiene su sensata calma mientras corta en rodajas un bistec de ternera—, y también su hija.

—Bien por ellos —responde Jace escuetamente.

Intento no parecer intrigada en la conversación, aunque, siendo precisa, más bien me siento interesada por la mención de la chica.

—¿No tienes curiosidad por ella? —Observando los movimientos de mi padrastro, veo cómo este levanta su mirada azul dirigiéndola hacia Jace; un gesto de inconformidad por la reacción de su hijo reflejándose en su expresión—. Tiene tu edad, muy hermosa, por cierto.

—No me interesa saber, Pá.

—¿Y desde cuándo te fijas tú en la belleza de otras mujeres, cariño? —interviene mi madre. Intenta parecer celosa, pero veo su oculta intención de desviar el tema.

—Desde que puedo apreciar a la más bella de todas en mi propia casa —responde con elocuencia y simpleza Arthur. 

Miro de reojo a mi madre mientras acerco el vaso con agua a mis labios, y la noto levemente sonrojada. A pesar de los seis años que llevan de matrimonio, sigue sin acostumbrase a los constantes cumplidos de Arthur.

—Aunque eso no significa que debas andar mirando a otras, ya que entonces no te es necesario —añade mamá, quien se recupera con rapidez del anterior cumplido.

—Tienes razón, pero cuando se trata de buscarle un buen partido de esposa a mi hijo, lo vale.

El trago de agua, que apenas empieza a bajar, queda atorado en mi garganta y debo carraspear repetidas veces para alejar la molestia del desvío de dicho líquido.

—¿De qué estás hablando, papá? —Jace detiene el movimiento de sus cubiertos dejándolos en su plato recientemente vacío. Alza la mirada, sus ojos se encuentran con los míos por un instante antes de dirigirlos hacia su padre—. Espero que en verdad no estés considerando que me empareje con una chica a la que ni siquiera conozco de nada. No tiene sentido.

Cuando Me Elijas (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora