146 - Una mañana rara y una reunión rápida

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Luego de hablar con mi abuelo, arrastre a Bo Liang a un costado para hablar.

"¿Estas bien?"

Ella asintió.

Suspire.

"Dime, ¿Tu familia causara problemas?"

Asintió suspirando.

"Lo hará, seguramente lo harán..."

La mire y saque un frasco.

"Toma abuela Bo."

Ella tomo el frasco con dudas.

"Es un líquido especial, usa tres gotas en una tina y sumérgete lo más posible, dolerá, pero apuesto que te gustará el resultado."

Ella miro el frasco y solo lo guardo.

"Gracias nieto."

Asentí.

"Si tu familia causar problemas..."

Ella me miro y asintió.

"Has lo que quieras y avísame si necesitas ayuda."

La miré y sonreí levemente.

"Lo mismo digo."

No dijimos nada más y nos acercamos a los demás.

*Explosión*

Mi... Mi madre acabo aterrizar destrozando varios árboles...

"¡Sigues siendo un maldito peligro incluso en un grifo! ¡Maldita demente!"

Mi tío estaba claramente enfadado, salió volando y lo tuvo que atrapar mi abuelo, de otra forma tendríamos que darle de comer pure durante unos meses.

"Lo siento..."

Mi madre solo se rasco la cabeza avergonzada por lo que ocurrió.

Sonreí.

"Vengan, dejemos a los grifos en la residencia del clan Ryu de la ciudad."

No nos negamos y fuimos todos a ese lugar.

Era una gran residencia, y el establo era bastante grande.

Unos sirvientes les dieron de comer a los grifos, aunque Luz no comió nada y me seguí a todos lados.

"Come."

Saque unas frutas de mi caja de objetos y ella comió todo lo que le daba.

"Quédate aquí."

Negó con la cabeza.

"Eres un grifo de más de un tonelada ¿Crees que será fácil llevarte?"

*Zumbido*

Al instante la cubrió una luz blanca y en cuanto desapareció, había un pequeño grifo blanco...

"Eso es trampa."

*Rugido*

Sus rugidos ahora eran tierno...

*Zumbido*

Voló hasta mi hombro y se paró como una perro, aunque se sostuvo muy bien con sus garras.

"Tu ganas, pero si me clavas tus garras te mando a volar"

La acaricie y ella respondió gusto, parece que le gusta las caricias.

"Vamos."

Nadie pregunto sobre el pequeño grifo en mí y me siguieron.

Fui directamente a mi restaurante.

Al llegar, había unos idiotas que estaban esperando ser atendidos.

¡Estoy en otro mundo! (Versión antigua)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora