¡Estoy en otro mundo! (Versión antigua)

175 - Volviendo a la secta por fin

*Crujido*

*Zumbido*

Salte hasta el edificio más grande que encontré y ya en la cima, mire todo a mi alrededor.

[Propietario, calculo que se han perdido alrededor de 40 millones de vidas.]

"Lo sé, le energía de muerte es muy densa en este momento, los segadores están aprovechando mucho."

Los segadores ganan poder mientras más energía de muerto absorban, esa energía es creada por la muerte, como cuando el alma se separa de la carne, en la muerte misma, ellos toman el alma para llegarlas a su condena o recompensa y toman la energía de muerta que queda.

"Energía de muerte..."

Ese tipo de energía es utilizada únicamente por los segadores y la raza fantasmal... Creo que también hay algunos yokai y espíritus que la usan.

La energía de muerte es nociva para la vida, por eso luchar contra un segador es muy peligroso ya que ellos pueden afectar directamente a la vida y el alma de las personas... Sera mejor que por el momento no me meta con ellos.

Usé mi energía a todo su potencia y sentí cada vida en esta ciudad.

*Zumbido*

No espere mucho más y comencé a recolectar personas.

Recolecte principalmente familias que estaban en peligro y gente herida, esos eran los seguros que no eran del imperio divino.

"Perl, señala en el mapa todas las tiendas y fabricas que haya, también clínicas pequeñas y eso."

[¡Listo!]

Lo hizo al instante.

Puse una ligera sonrisa, hora de obtener cosas buenas.

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Estuve haciendo eso un día entero.

Al otro día, a la noche, ya había recolectado miles de toneladas en comida, todo el equipo de cientos de fábricas, incontables genes, armas, armaduras y shin (Robe unos bancos, incluso el nacional).

En cuanto a personas... Se me fue la mano, 300 mil personas, los demás ya no pueden ser salvados... Liberaron a cientos de zombis cuando atacaron, no lo había previsto, casi la totalidad de la ciudad ya cayo, los que rescate no equivalen ni al 1% de la población total...

Negue con la cabeza y en cuanto recibí el mensaje del abuelo y los demás, nos reunimos en la mansión Anderson.

Apenas llegue, deje a los ángeles en mi dimensión personal y les dije que luego hablamos claramente, había alrededor de 500 ángeles.

"La ciudad se fue al infierno."

Miré a mi abuelo y sonreí levemente.

"No me digas."

Suspiro algo triste.

"Rescate a algunos cuanto, pero no muchos, la mayoría ya estaba muertas o transformados."

"Este mundo sí que se convirtió en nada... Que desgracia, las personas del imperio divino sí que intentaran sacarle el mejor provecho a este mundo."

"..."

Mi mirada se volvió fría.

"Entonces le sacaremos el mismo provecho."

Ellos me miraron atónitos por mis palabras.

"El imperio divino seguramente no tiene su base aquí, lo que tiene al oeste debe ser solo un pequeña base que tiene una gran cantidad de tecnología y tesoros ¿Qué tal si los robo y los acabo?"