¡Estoy en otro mundo! (Versión antigua)

72 - Hablando con Izumi

"Eso fue grosero..."

Hasta la esposa de Rafael se enojó.

"Lo siento señora, es que pensé que no estaría mal bromear un poco... Aunque no era mentira ya que es un método utilizable y muy efectivo..."

No hay risa...

Suspire...

"De todas formas, esos métodos solo serían temporales, el linaje de ustedes es muy peligroso, en si ya debe haber acortado su esperanza de vida, podría apostar que la mayoría de tus familiares tiene una esperanza de vida muy pequeña si se lo campara con los demás."

Rafael asintió levemente.

Puede que mientras nuestros cuerpos soporten el mana podamos vivir, pero eso no quita que el cuerpo se deteriore con el tiempo, la energía vital es lo más importante ya que mantiene al cuerpo joven y funcional.

Eso es un verdad que acabo de recordar... Mejor dejemos eso de lado.

"Y eso que no despertó su linaje... El linaje de tu esposa despertó, eso sí que debió haber acortado su vida... Incluso si logran dispersar la energía Yang, eso no revertirá los restos que quedan en su cuerpo..."

Rafael apretó los dientes y cerró los ojos...

"Pero~... Si ella cultiva la técnica creado por el rey león dorado, consumirá toda la energía Yang, fortaleciendo su cuerpo y recuperando su esperanza de vida mientras cultiva."

Rafael me miro de pronto.

"Esa técnica... Nuestros antepasados decidieron que sería mejor nunca usarla... Por ello la destruyeron..."

Mire a Rafael y suspire... Son idiotas por hace eso, son técnica que costaron mucho tiempo en crear.

"¿Y eso qué? Yo la tengo."

Incluso participe en su creación, ese león era otro de mis discípulos, recuerdo que era un semi-humano gato de color amarillo cuando lo encontré.

Fue gracioso esa época, entrenaba con el tonto rojo y se llevaban muy mal, cada dos por tres tenía que darles una reprimiendo, recuerdo que en un momento los espose con unas cadenas especiales para que no pudieran separarse, estuvieron un año entero de esa forma... Jajaja... Recuerdo sus caras...

"¡¿La tienes?!"

Rafael grito con todo, creo que se lo escucho en todo el castillo.

"Claro, tengo esa técnica además de otras que son muy útiles..."

Puse una leve sonrisa.

"¿Qué tal si te la doy?"

Rafael movía la mandíbula sin saber que decir.

"¿Cómo podemos saber que en verdad tiene la técnica?"

La esposa de Rafael desconfiaba, es algo cautelosa, una buena cualidad en lo personal.

"Escucha..."

Comencé a recitar los primeras oraciones de la técnica de cultivación.

Al instante las caras de Rafael y su esposa quedaron pálidas y con la boca abierta.

"Aparte de mí, solamente debe saber esta técnica el rey león dorado y unas personas más, esas personas deben estar muertos o en algo parecidos."

Los únicos que lo saben, aparte de mí, son mis discípulos, pero no sé dónde estarán ningún de ellos ¡Ni siquiera sé si están vivos!

"Ahora dime Rafael..."

Puse una ligera sonrisa.

"¿Por qué debería darles a ustedes dos esta técnica?"