Capítulo 12.

6.8K 289 29
                                    


El viernes llegó bastante rápido, me sentía bastante agotada y triste, era la primera vez que vería a la familia de Leandro después de su muerte, realmente no me sentía lista para lo que venía, sabía que ellos iban a juzgarme nuevamente. Los días que habían pasado me habían hecho pensar el porqué de la ceremonia, no entendía porque sería en Venecia si Leandro amaba su casa en La Toscana.

Ya eran más de las ocho de la mañana, Camillo se había anunciado en portería y automáticamente el hombre de seguridad me habría informado por medio del teléfono que poseía mi apartamento, agarré mi maleta de mano y arrastré la de ruedas que llevaba, di una última mirada a mi apartamento y después salí de este sin más, fui directo al elevador y dejé que este me condujera hasta la entrada principal, al llegar fui directo afuera ya que no encontraba a Camillo por ningún lado, al salir del complejo de apartamentos logré verlo, llevaba puesto un traje negro bastante elegante, se parecía a Leandro –Pensé.- No entendía como en tan poco tiempo ese hombre se había vuelto tan importante para mí, lo extrañaba demasiado y no entendía él porque. Después de dirigir unas cuantas palabras subí al auto junto a Camillo, este ya había guardado las maletas atrás e íbamos en silencio hacia el aeropuerto. Al llegar a la pista pude notar que no iríamos en un vuelo convencional, la familia Di Lucca tenía muchos secretos y dinero. Bajé del auto dispuesta a recoger mis maletas pero ya era bastante tarde, estas ya se encontraban en el jet privado justo en frente de mí, subí las escaleras con sumo cuidado para no tropezar y caer, al entrar me acomodé en la primera silla que vi, frente a la ventana como me gustaba, solté un fuerte suspiro cuando Camillo se sentó justo en frente de mí.

Calipso –Murmuró.- No quiero que te sientas mal en casa, mamá no te odia, de hecho nadie te odia –Sonreí de lado.- Estamos todos contentos por tu embarazo y lo que eso representa para la familia, eso quiero decir que el linaje no se acabado, a menos que sea niña –Hice una mueca enseguida.-

¿Quieres decir que si es mujer no podrá tomar el lugar? –Enarqué un ceja.- Vaya machismo –Me crucé de brazos mientras Camillo reía por mi actitud.-

Es el orden de las cosas Calipso, una mujer no puede llevar el mando porque no representa maldad ante los hombres enemigos –Dice cortante.- Leandro antes de morir me pidió que cuidara de ti, de hecho todo este tiempo he estado al tanto sobre lo que pasa contigo, se por todo lo que has tenido que pasar –Hace una pausa mientras mira mi vientre un poco abultado.- Después de que salías de tus revisiones con el doctor yo entraba y preguntaba por ti, por eso Tory no ha vuelo a llamar para molestarte, se lo he pedido –Sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo ante aquellas palabras.- Y sobre tu apartamento, me ha encantado como lo has dejado, yo mismo he ido a verlo antes que tu ¿Desde cuándo todo te gusta de color negro? –Niego un par de veces bastante sorprendida.- Para nuestra familia es un honor tenerte en casa, de hecho creo que le he cogido cariño al bebé ¿Cómo no? He visto cada una de los ultrasonidos, eso lo único que tengo para contarte Calipso, mamá también ha visto al bebé –Murmura, me doy la vuelta dispuesta a bajarme del avión pero esta ya estaba en el aire, no había notado cuando había empezado a volar.

Calipso despierta –Susurra Camillo.- Hemos llegado a Venecia, has dormido todo el viaje, de seguro estas bastante cansada –Extiende su mano y yo la tomo, me ayuda ponerme de pie para después salir juntos del avión.-

Muchas gracias –Acomodo el bolso en mi hombros mientras camino bajo el ardiente sol, el vestido blanco hueso que llevo puesto se mueve exageradamente intimidándome, pongo mi mano frente a este para que no se levante, camino junto a Camillo hasta el auto deportivo que se encuentra frente a nosotros, este abre la puerta y me ayuda a subir.- Nuevamente gracias, de igual forma podía hacerlo sola –Este eleva los hombros y cierra la puerta para darle la vuelta y esta vez subirse el del otro lado.-

Eres una dama, mamá siempre nos ha enseñado a mis hermanos y a mí a ser cortés con las mujeres –No decido responder, acto seguido enciende el auto y acelera.-

Luego de media hora de trayecto el auto toma una ruta bastante destapada, diez minutos después nos encontramos frente a un gran portón café oscuro adornado con una "LC" mayúscula en todo el centro, esta se abre de lado dejando a la vista una fuente enorme en la mitad, alrededor solo se podía ver árboles y naturaleza, un poco más adentro justo en medio de la naturaleza se encontraba una casa de ventanales gigantes por todas partes bastante elegante, mi boca se formó en forma de "o" al ver lo exclusiva y moderna que era.

¿Te gusta? –Susurra una voz ronca detrás de mí, me tensó nuevamente pero esta vez solo asiento y salgo del auto.-

De la enorme casa sale la madre de los Di Lucca con una enorme sonrisa, podía notar que había estado llorando.

¡Calipso! –Da un pequeño grito de alegría, lo que hace que me relaje por completo, se acerca lo suficiente a mi hasta rodarme con sus fraternales brazos, sin poder resistir más dejé que las lágrimas salieran sin más.- No llores cariño, sé que ha sido difícil pero aquí nos tienes –Asiento mientras me centro en la entrada de la cual sale Tory junto con su hermano Alessandro, este se acerca y pasa uno de brazos por los hombros de su madre y su otro brazo lo pasa mis hombros.-

Estamos felices de tenerte aquí, mi novia ha venido también desde New York, no demora en llegar, espero que se lleven bien y también espero que te sientas bien esta semana con nosotros –Murmura palmeando mi espalda para luego alejarse.-

Calipso –Tory arrastra las palabras.- Te ves bastante hermosa -Limpia sus mejillas mojadas por las lágrimas que han salido.- Mi hermano amaría estar aquí y verte así, que lastima que por salvarte el culo haya muerto –Esta se gira en su talones y entra a la casa, Monica se aleja de mí y camina detrás de ella regañándola en italiano.-

Bufó al quedarme nuevamente sola, camino hasta la entrada y una de las empleadas me saluda amablemente mientras me indica que mis maletas ya se encuentran en la que sería mi habitación por esa semana, agradecía a mí misma por haber traído ropa de más, no estaba segura de cuánto tiempo me quedaría.

Ya en la habitación me dispuse a despojarme de mi ropa y entrar a la ducha, los azulejos eran negros, entonces a mi mente vino Leandro, di un fuerte suspiro e intente terminar rápido mi baño, al terminar envolví la toalla en mi cuerpo y salí de este, fui directo al armario donde mi ropa ya estaba acomodada por cajones, tomé un vestido negro hasta las rodillas, en la noche seria la ceremonia en memoria de Leandro e iría así, después de poner el vestido y unos tacones bajitos apliqué un poco de maquillaje y salí de la habitación hacia el jardín, desde que había llegado deseaba sentarme en medio de ese lugar tan tranquilo.

Cuando por fin llegué al jardín me senté en una banca y cerré los ojos mientras sentía la brisa sobre mi piel, luego de estar así por un rato abrí los ojos y me dispuse a presenciar la puesta de sol.

Luces hermosa Calipso –Giro mi rostro y para mi sorpresa es Camillo quien habla.- De hecho desde que estás embarazada luces hermosa –Murmura sin dejar de mirarme.- Desde que te cuido no he visto un día en el cual no te veas hermosa.

Gracias –Respondo tajante.- Ya es tarde, es hora de irnos –Me levanto de la banca pero este toma de mi mano.- ¿Qué quieres?

Me gusta que estés aquí, gracias por estar aquí lo valoro mucho –Apreta un poco mi mano sin llegar a lastimarme.- Valoramos que estés aquí -Se levanta de la banca y camina sin soltarme hasta el auto, al ver Tory salir de casa se apresura a soltarme.- Es hora de irnos –Abre la puerta del auto haciendo que todos entremos en este excepto Alessandro y su novia.-

Todo era bastante raro, no entendía la actitud de Camillo, parecía cortes y otras veces no, me dispuse a mirar todo el camino por la ventana, un rato después ya estábamos todos en la iglesia, en la entrada había un gran retrato de Leandro y la iglesia parecía que iba a reventar de gente, caminé junto a la familia hasta las primera bancas y me senté cuando la misa dio inicio.

Mafia Italiana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora