Me duelen las manos, no puedo mover las piernas y siento un sabor en mi boca realmente desagradable, intento abrir mis ojos pero claramente hay una venda tapándolos. ¿Qué sucede aquí? ¿Acaso mi único amigo me había secuestrado?¿Hola? –Dije tratando de no sonar tan asustada, porque realmente lo estaba.- ¡Alguien podría ayudarme por favor! –Grité tan alto como pude, a la mierda mi miedo, no quiero morir.-
Este lugar seguramente era demasiado asqueroso, el olor tan nauseabundo que salía de las paredes me hacía sentir asco ¿Y si habían muertos conmigo? Negué rápidamente, Dios ayúdame, fue en lo único que pude pensar y enseguida sentí mis mejillas húmedas, realmente estaba asustada.
Pasaron algunos días, no sé cuántos exactamente pero realmente anhelaba de alguien me estuviese buscando, el rechinar de la madera me hizo ponerme tensa enseguida, alguien estaba en este lugar también, en un par de dos o tres segundos sentí como quitaron con fuerza la venda de mis ojos, se me dificultó un poco abrirlos por la luz artificial que colgaba del techo, es decir llevaba días sin ver algún tipo de luz, claramente me dolían los ojos. No quise decir nada ¿Y si me mataban por hablar? El hombre que estaba parado frente a mí era nuevo, jamás lo había visto, este sonrió ampliamente causándome asco, vaya eso si es tener los dientes amarillos –Pensé.-
¿Qué hago aquí? ¿Luciano donde esta? ¿Van a matarme? –Dije tantas preguntas con clara alteración en mi voz, este hombre hizo caso omiso a todas mis preguntas. Este se acercó a mí de manera violenta poniéndome de pie con un solo tirón.
Tu estas aquí para satisfacer al rey señorita flama –Esperen ¿Señorita flama? ¿El rey? Supongo que me decía flama por mi color de cabello.-
-Negué con desesperación.- Claramente no voy a satisfacer a ningún rey, ¡Cerdo! –Dije esto último en forma de grito escupiendo brevemente todo su rostro.-
Al parecer la bestia había colmado su paciencia porque al momento en el que escupí su rostro este levanto su mano dándome una fuerte cachetada. Aun sin soltar de mi brazo camino arrastrándome hasta salir del cuarto en el que estaba, pude visualizar el lugar desde fuera y realmente esto parecía un palacio ¿En realidad era un rey? El Sherk que arrastraba de mi me dejó en el cuarto de baño en el cual había un vestido bastante lindo sobre el retrete, entré a la ducha siguiendo las órdenes del desagradable hombre, en cuanto sentí el agua correr por mi cuerpo no pude contener mis lágrimas ¿Qué hago aquí? Murmuré para mi misma, al tardarme tanto en el baño aquel hombre irrumpió en el sacándome de un jalón, me obligo a ponerme el vestido frente a el para luego sacarme y caminar junto a mi hasta un gran despacho, me sentó en una silla y salió de lugar dejando entrar a otro hombre.
Cuando por fin tuve enfrente al dueño de toda mi pesadilla me puse de pie, era bastante guapo, era atlético y bastante musculo, traía un traje negro pero pude visualizar sus tatuajes, pero esto no me detuvo para levantar mi mano y darle una fuerte cachetada haciendo que su cara diera una vuelta, sonreí satisfecha.
¿Eso es lo que quieres Calipso? Yo pensé que todo podría ser diferente –Dijo el hombre y enseguida sentí un cosquilleo en mi espalda, Dios sí que estaba en problemas.- Soy Leandro, flamita. –Murmuró antes de lanzarse sobre mí, sentí sus besos recorrer todo mi cuello con desesperación, cerré los ojos ante aquel momento, era la primera vez que tenía algún contacto con un chico, mamá siempre me prohibió tener novio, pero realmente yo no quería estar con este hombre así que en medio del forcejeo di una patada en su entrepierna haciéndolo enojar más, agarró mi cuerpo débil y me lanzó al suelo de aquel despacho, sentí miedo por lo que venía ahora. Este se posiciono encima de mi agarrando mis manos y acomodándolas arriba de mi cabeza, con una de sus manos fue hasta mi espalda y en un rápido movimiento se deshizo de mi vestido largo.
Que buenos pechos tienes, Calipso –Murmuro antes de adueñarse de uno de mis pezones mordisqueándolo un poco, no quería hablar ni decir nada, realmente estaba en shock es decir ni siquiera estaba disfrutando eso, cuando se cansó de mis pechos procedió a quitarse su ropa por partes, primero toda la parte de arriba y luego toda la parte de abajo quedando desnudo frente a mí, cerré los ojos con fuerza cuando este rompió mis bragas de un tirón y sin pensarlo entro en mi causando un grito desgarrador de mi parte, este se congelo al instante y salió de mí era virgen, cuando pensé que la pesadilla había acabado nuevamente Leandro introdujo su miembro en mi lentamente, ardía demasiado. Este esperó un par de minutos a que mi cuerpo se acostumbrara para luego empezar a mover su cadera penetrándome cada vez más, el dolor se había ido por completo y ahora lo estaba disfrutando ¡Disfrutando! Arquee mi espalda para recibirlo con mayor facilidad, abrí los ojos y cuando este me vio acerco sus labios a los míos conectándonos en un beso desenfrenado, pude sentir un calor extraño en mi cuerpo ¿Qué me pasaba? Nunca había sentido esto, Leandro siguió embistiéndome un par de veces más hasta que sentí estallar por dentro, había llegado a mi orgasmo lo sabía, sentía mi cuerpo débil pero una sensación exquisita, Leandro no tardo mucho ya que toco el orgasmo después de mi viniéndose por completo dentro de mí.
Lo siento si te he lastimado, no fue mi intención –Murmuro este, puse mis manos en su pecho y lo aparté con fuerza, me levante rápidamente y agarre el vestido para ponérmelo ¿Qué había hecho?.-
ESTÁS LEYENDO
Mafia Italiana.
RomantizmLeandro Di Lucca, el hombre más famoso de toda Italia y no precisamente por sus buenas obras, es el capo de la mafia Italiana y gobierna casi todo lo que toca. Leandro decide ir al codiciado desfile anual de Los Ángeles de Victoria's Secret para di...