Capítulo 10.

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Recuerdo los días que pasaba con Leandro mientras su madre se encontraba con nosotros en casa, era bastante lindo, me consentía al punto que me hizo sentir cosas que jamás me había permito sentir por nadie, en diferentes ocasiones había intentado odiarlo pero jamás pude, estoy consciente que lo que siento no es normal, ninguna mujer en sus cabales puede enamorarse de un hombre que la secuestra y vuelve su esclava sexual. Durante varios años había querido irme de casa, realmente amaba a mi madre pero ella nunca me dejó hacer cosas por mi cuenta y cuando lo intentaba y fallaba ella estaba en primera fila criticándome.

La puerta se abrió lentamente emitiendo un sonido bastante desagradable sacándome de mis pensamientos, giré mi cabeza rápidamente encontrándome con mi madre parada sonriendo de par en par, abrí los como platos y me acomodé rápidamente en la cama, sabía que me encontraba en el hospital desde que había despertado dos horas atrás, tenía suero conectado en mis venas y seguramente los médicos no se habían percatado ya hacia despierta, cuando quise articular alguna palabra simplemente no pude, entonces mi madre se aproximó a la cama rápidamente para abrazarme y fue ella quien habló.

Calipso –Arrastró las palabras mientras salían una cuantas lágrimas de sus ojos.- He estado buscándote durante tanto tiempo –Murmuro, sonreí de lado mientras cerraba mis ojos y disfrutaba del momento, jamás pensé que la vería de nuevo.- Has salido en las noticias, no habías mencionado que era la prometida de un famoso empresario –Se alejó un poco mientras se cruzaba de brazos y entonces entendí todo, las noticias habían manipulado la información y realmente agradecía eso.- Desapareciste del desfile, sin más –Abrí los ojos mientras extendía una de mis manos para tomar la de mi madre.- No te culpo, las personas por amor cometen errores –Esta arrastra una silla y se sienta junto a mi.- No puedo pedirte que lo dejes, ya no eres la niña que solías ser –Apoya sus codos en sus rodillas.- Felicidades hija, serás mamá –Soltó sin más, sentí un frio recorrer mi espalda y entonces me tensé en seguida ¿Un hijo? Pensé.

Mamá –Negué mientras secaba mis lágrimas.- No me fui sin más, solo que Leandro y yo habíamos decidido irnos antes de la fiesta, cuando recién acabara el desfile –Por inercia pasé mis manos por mi abdomen aún plano, lo acaricie un poco mientras me acomodaba en la camilla.-

¿Estaba embarazada desde antes y por eso te fuiste sin decir nada? –Mi madre sonreía débilmente, sabía que estaba intentando no juzgarme, seguro las noticias habían inventado algo muy bueno para que mi madre no me regañara.-

No mamá, no estaba embarazada desde antes –Mentí, jamás le había mentido a mi madre, por esa razón decidí cerrar los ojos para que esta no se diera cuenta.-

Bueno cariño, espero que sepas que tienes mi total apoyo –Cuando mi madre terminó de hablar me senté rápidamente.-

Mamá estamos en La toscana Italia ¿Qué haces aquí? –Sentí como mi respiración aumentaba mientras ponía mi mano en mi pecho.-

¿La Toscana? –Negó mientras reía un poco.- Cariño estamos en New York –Sentí como mi rostro palideció enseguida.- ¿Te encuentras bien cariño? –Asentí.- Te dejaré descansar –Murmuró mientras salía de la habitación dejándome completamente sola.-

Habían pasado un par de horas y yo seguía de lado mirando por el gran ventanal que se encontraba a mi lado, no dejaba de pensar en Leandro, me sentía realmente traicionada por él, más por el hecho de que me había regresado a casa, supongo que este no se había enterado de mi embarazo y por esta razón había optado por dejarme, supongo que después de lo que había pasado él se sentía bastante culpable y por esa razón me había regresado a casa –Apreté los ojos con fuerza para no volver a llorar.- Quería pensar en las muchas razones por las cuales el me había dejado pero realmente en lo único que lograba concentrarme era en que estaba embarazada.

Los días habían pasado bastante rápido, las heridas que tenía ya habían cicatrizado, los médicos me habían recomendado un par de pastillas y vitaminas para mi embarazo prematuro y riesgoso, mi madre y Luciano habían pasado por mí, cuando por fin habíamos llegado a mi antiguo hogar subí directamente las escaleras y fui a mi habitación para encerrarme en este.

No extrañaba vivir en aquella casa con lujos, lo que realmente extrañaba era al Leandro del cual me había enamorado, Leandro el que actuaba tan bien cuando su familia estaba cerca, me estaba haciendo daño, el no merecía que yo llorase por él. Pasé el resto del día recostada en la cama pensando ¿Amy me extrañaría? ¿Tory y su madre ya sabrían de mi embarazo? ¿Así de doloroso era romper con alguien a quien amas? ¿Leandro estaría pensando en mí?

Luciano tocó la puerta un par de veces pero al no recibir respuesta entró sin más irrumpiendo mis pensamientos.

Mira Calipso, me he enterado de todo lo que ha pasado, me lo han dicho –Murmuro, al no recibir respuesta continuo.- Te he traído esto –Extendió su mano entregándome una cajita, la tomé con cuidado.- Es tu nuevo celular, necesitan hablar contigo –Cuando por fin iba a hablar este salió de mi habitación dejándome sola, abrí la caja con desesperación, saqué el celular y rápidamente lo encendí, era nuevo, abrí los mensajes de texto el cual tenía un par de mensajes, leí cada uno de ellos mientras me sorprendía por todo lo que leía, no quise seguir así que bloquee el celular dejándolo de lado para dormir.-

Mafia Italiana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora