Capítulo 13.

4K 158 9
                                    


Dreaming Of You

El brunch terminó tiempo después, la familia de Leandro se había ido, mi madre y Luciano se quedaron en casa junto a mí, habíamos acordado salir temprano por la mañana para organizar todo lo relacionado con la boda.

Me tenían bastante estresada con el tema de que ya casi se acercaba las fechas decembrinas y nosotros aún no organizábamos algo, tenía en mi mente algo bastante sencillo y hermoso, junto a Leandro habíamos acordado que la misa sería en la capilla de Sicilia y la ceremonia en un viñedo cercano, no específicamente en el cultivo de uvas, sería a los alrededores, la música ya estaba planeada, se contrataría a un imitador de Andrea Bocelli, la primera canción que bailaríamos sería "Por ti volaré" Amábamos esa canción, la noche que pasamos en el hotel de Verona fue mágica, esa noche no paramos de hacer el amor y bailar con esa canción.

Verona, un lugar que me llenaba de buenos recuerdos, sobre todo por el hecho de que pensaba que ahí posiblemente habíamos quedado embarazados, no entendía bien esto de las fechas pero estaba un poco segura de que así había sido.

Leandro no estaba en casa, esta noche dormiría sola, había tenido que salir por sus negocios, realmente no me gustaba preguntar mucho, me daba miedo el hecho de que un día vinieran con la noticia de que había muerto, eso sí que me rompería el corazón.

No había notado en que me momento me había quedado dormida, aún traía puesto el mismo vestido del brunch, la cama estaba vacía y eso no me preocupaba tanto, Leandro me había dicho que no vendría, me levanté despacio de la cama, sentía un leve dolor en la parte baja, según la ginecóloga era algo normal en los tres primeros meses, el sol aún no salía, estaba todo bastante oscuro, miré el reloj de la pared, 4:45, no tardaría en amanecer, me deshice de mi vestido cambiándolo por una pijama de seda, cuando estuve dispuesta a volver a la cama y conciliar nuevamente el sueño el grito de Amy me hizo erizar la piel, era un grito de espanto, me puse rápidamente una bata encima y salí a toda prisa de mi habitación, Luciano y mi mamá también habían salido de sus respectivas habitaciones, los tres bajamos las escaleras encontrándonos con la escena más horrible del mundo.

Leandro se encontraba en el sillón con la camisa llena de sangre, Alessandro se cubría los ojos mientras que Camillo miraba atento como este se sacaba la bala incrustada en su brazo por sí solo, mis ojos estaban abiertos como un par de platos mientras que mi madre me sostenía por detrás.

Qué asco –Articulo Alessandro cuando descubrió sus ojos.- Leandro eso lo puede hacer un doctor –Este negó.-

Puedo solo -Su rostro se contraía mientras escarbaba con una pinza en su piel manchada de sangre.- La encontré –Espetó lanzando la bala al piso, esta rebotó un poco hasta chocar con mis pies y siendo inevitable vomité, vomité todo el sillón y la alfombra dejando a todos atónitos.-

Eso fue peor –Señaló Camillo intentando limpiar sus zapatos manchados.-

Cállate –Leandro se puso de pie caminando hasta donde me encontraba pero antes de abrazarme Luciano lo tomó del brazo –Déjame, voy a ayudar a mi mujer –Mi madre negó, me tomó con cuidado el cabello ayudándome a levantar la cabeza, ambas salimos de la escena y fuimos directo al jardín, me senté en una silla playera, Amy traía consigo un vaso de agua el cual acepté gustosa.-

Mi cuerpo temblaba, jamás borraría esa escena de mi memoria, era algo realmente espantoso, empezando por el hecho de que habían querido asesinar a Leandro, le habían disparado y eso me asustaba demasiado, mis pensamientos fueron interrumpidos, Leandro y Alessandro estaban en la sala hablando, el tono de voz de ambos era bastante retante.

¡Te lo dije cabrón! –Gritó Leandro.- Ella era un problema para nosotros, un problema mayúsculo.

No lo culpes Leandro, se enamoró de la mujer equivocada –Camillo habló esta vez.-

Como tú –Dijo Leandro negando mientras bebía una copa de lo que parecía ser vino.-

Mi madre sostenía mi cabello y otras veces lo acariciaba, Amy se encontraba asustada en medio del jardín sin saber qué hacer, las tres escuchábamos y observábamos la conversación bastante atentas.

¡PERDÓN! –Gritó Alessandro.- No sabía que la policía estaría en ese lugar, no sabía que iban a atacarnos, todo fue una trampa.

Ah pero que cabrón, la trampa ya sabemos quién la puso –Leandro negó.- No quiero volver a repetir lo que te he pedido en el club Alessandro, ya sabes de quien es la culpa –Me levanté de la silla bastante molesta, aparecí en medio del salón y todos me observaron atentos.-

Si a María le ocurre a algo a ningunos de ustedes voy a perdonárselo, empezando por ti –Señalé a Leandro.- Ella no merece esto, nadie merece esta vida llena de incertidumbre y problemas, si la policía los perseguía es por culpa de ustedes mismos, ella no tiene nada que ver. –Sin más subí corriendo las escaleras hasta llegar a la habitación cerrando la puerta detrás de mí.-

Me preocupaba el hecho de que María corriera riego y más ahora que estaba segura de que probablemente ella podría estar embarazada de Alessandro, los ruidos en la sala habían cesado, mi madre y Luciano habían vuelto a sus habitaciones había escuchado las puertas cerrarse. La manecilla de la puerta se giró, Leandro entró a la habitación con el brazo vendado, caminó hasta la cama donde me encontraba recostada y sonrió.

He hablado con Alessandro, no le pasará nada a tu amiga, no te preocupes mi amor –Susurró mientras acariciaba mi rostro.- No volveré a dejar que me veas en ese estado Dea.

Me preocupas Leandro, me preocupa lo mucho que te expones, no quiero que nuestro bebé tenga que pasar por estas cosas –Limpio las lágrimas que resbalaban por mis mejillas.- No salimos de una cuando ya entramos en otra.

Te prometo que al bebé jamás le pasará nada, a ti tampoco -Murmura mientras se cambia la ropa por un pantalón deportivo.-

No quiero que nuestro hijo sea como tú –Renegué, Leandro volteo a verme y asintió.- No es lo que quise decir, me refiero a tu trabajo, no quiero perderlo.

No te preocupes, eso no pasará –Sin decir nada más salió de la habitación dejándome sola.-

No la primera vez que teníamos esta conversación, sabía que le afectaba el hecho de que yo no aceptara que nuestro hijo siguiera sus pasos, el tampoco deseaba que eso pasara pero ambos sabíamos que era imposible impedirlo, el resto de la mañana dormí sola en la cama, el dolor de mi vientre había cesado y Leandro se había ido nuevamente, los planes de organizar la boda se habían pospuesto para las horas de la tarde debido a todo lo que había sucedido en la madrugada, entonces aproveché para dormir un poco más.

¡TEAM LEANDRO!

¡TEAM LEANDRO!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mafia Italiana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora