Capítulo tres

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Para cuando terminó de reflexionar, Kohaku pareció salir del shock y empezó a hacer preguntas. Él le respondió mientras luchaba porque sus manos no temblaran, hasta que finalmente tomó aire y se sumergió de plano en asegurarse de que ella y el feto puedan llegar a termino de manera saludable.

Sí iba a hacer esto de ser padre, entonces al menos podía hacerlo bien.

Y entonces Kohaku hizo la pregunta en la que realmente no quería pensar por el momento.

-¿Qué pasará cuando nazca? ¿Tendremos que criarlo?-

Él se quedó en silencio por un momento, absorbiendo la magnitud de esa pregunta.

Criar a un bebé. Él criando a un bebé. Sonaba tan... opuesto a él. Tenía mejores cosas que hacer antes que cuidar a un bebé, la humanidad dependía de la ciencia y él era el jefe del reino de la ciencia, necesitaba estar diez billones por ciento concentrado en ese objetivo. Pero...

"Sí... debí pensar en eso antes de emborracharme y abrirle las piernas a la leona en este mundo primitivo. Pero bueno, tendré que salvar a la humanidad mientras cambió pañales. ¿Quién dice que no puedo?"

El pensamiento casi lo hace reír, pero luego otra cosa se le pasó por la mente.

Cierto, apenas el barco estuviera listo tendrían que zarpar, y... mierda, también necesitarían a Kohaku, siendo ella la mejor guerrera con la que el reino de la ciencia contaba actualmente. No sabían qué les esperaría cuando se enfrentaran a lo que sea que les esperará del otro lado del océano.

Je, tener un bebé ahora mismo realmente era lo peor que pudieron haber hecho. Pero bueno, realmente no tenían otra opción.

-Estoy demasiado ocupado con el barco, los planes y muchas otras cosas. Muchas personas dependen de mí para sacar adelante al Reino de la Ciencia. Una vez se termine el barco, lo que nos puede llevar meses o años, tendremos que zarpar inmediatamente, ya que no podemos ignorar la amenaza del "Hombre del WHY" colgando sobre nuestras cabezas. Me necesitaran allí y te necesitaremos allí también.- la vio hacer una mueca ante esas palabras, pero no estaba seguro de sí ella comprendía lo que eso podría significar. -Por otro lado, mi padre no me enseñó a ser un hombre que huye de sus responsabilidades. Sí cometo un error debo corregirlo o enmendarlo, y no pienso desentenderme de esto.- suspiró, un poco aliviado de expresar esos pensamientos en voz alta. Decir lo que realmente pensaba no era algo que hiciera muy seguido, honestamente. –No es como si pudiéramos meterlo en un saco y arrojarlo al mar, pero podríamos arreglar que alguien más lo cuide cuando tengamos que zarpar.- agregó sintiendo un poco de frustración regresar a él.

De verdad que no sabía qué demonios iban a hacer cuando el barco estuviera listo y tengan que zarpar.

-Bueno, la madre de Suika murió al dar a luz y su padre mucho antes en un invierno cruel donde los alimentos escaseaban, y entonces las ancianas se turnaron para cuidar de ella.- ese pensamiento lo tranquilizó un poco, pero obviamente no sería tan simple como eso.

Le dijo alguno de los cuidados que tendrían de ahora en adelante y ella de repente empezó a despotricar con ira sobre la fiesta, el alcohol y el mentalista mientras él pensaba en los diez billones de cuidados que tendría que organizar para ella, hasta que de repente se quedó en blanco y murmuró tenuemente su nombre.

-¿Qué? ¿Tienes otro síntoma?- preguntó con cansancio.

Podía hacer esto, claro que sí podía.

-No, no es eso.- volteó a verlo con preocupación. -¿Cómo vamos a decírselo a los demás? ¡Esta vez mi padre realmente va a matarte!- ah, claro, el padre... él también podría ser una molestia, aunque estaba bastante seguro de que existía un respeto mutuo entre ambos así que al menos podía confiar en que no lo mataría para recuperar el honor perdido de su hija.

-No me mataría, respeta que ahora yo soy el líder de la aldea. Tal vez me dé un par de golpes, pero puedo soportarlos.- se encogió de hombros con indiferencia.

-¡Estás loco! ¡Apenas puedes con una de mis bofetadas! ¡Un par de sus golpes te dejaran inservible por semanas! ¡Y Ryusui te necesita para que lo ayudes con el barco!- él casi se ríe al escucharla preocupada por eso cuando tenían un maldito mocoso por criar.

-Tranquila, veré la forma de hablar civilizadamente con él, y si no funciona Taiju y los demás verán la forma de detenerlo antes de que se sobrepase demasiado con la paliza.- comenzó a escarbar en su oreja, con completo desinterés por el tema.

Ella pareció querer gritarle otra cosa, pero de repente se sujetó el estómago y salió corriendo lejos del laboratorio probablemente para vomitar o algo, no sin antes gritarle que no había terminado con él aún.

Senku bufó. Mujeres.

Al encontrarse solo, enterró el rostro en las manos y dejó escapar una gran bocanada de aire. Sus manos volvieron a temblar.

Ok, iba a ser padre. A los diecisiete años, wow. Aunque ya habrá cumplido dieciocho para cuando el mocoso naciera, pero igual. Todavía no podía creerlo, casi esperaba que esto fuera un sueño, aunque eso era ilógico.

De verdad que no tenía sentido lamentarse por lo que ya estaba hecho, lo único que podía hacer ahora era seguir adelante, enmendarse y responsabilizarse. Honestamente era su culpa, y sería Kohaku la que debería parir al mocoso además de cambiar por completo su estilo de vida, así que no era el que peor la estaba pasando aquí.

La prioridad ahora era cuidar de Kohaku. Cuidando de Kohaku cuidaba al mocoso, y con la ayuda de algunos de sus amigos y las mujeres de la aldea ya experimentadas en mocosos deberían estar bien. Sí... todo estaría bien.

Se levantó de la silla con una mirada decidida, solo para acabar arrodillado en el suelo sujetándose la cabeza desesperadamente.

¡PADRE! ¡Iba a ser padre! ¡Iba a tener un hijo y solo tenía diecisiete años! ¡¿Cómo demonios acabó así?! ¡Bueno, sabía exactamente cómo acabó así pero aún no podía terminar de creérselo! ¡Quería patearse el culo a sí mismo y lo haría si pudiera!

Tiró de sus cabellos, crujió los dientes y pisoteó por todo su laboratorio, maldiciendo a viva voz su suerte de mierda.

De verdad que era un completo idiota. Se arruinó la vida él solo, jodió sus planes él solo, todo por unas botellas de sake, una cara bonita y sus putas hormonas eligiendo ese momento para escapar de sus tumbas, cuando estaba absurdamente borracho, sin ningún tipo de anticonceptivo reinventado aún y en literalmente el peor momento posible.

Tomó aire después de otro par de minutos despotricando, luchando por recuperar la compostura.

Iba a hacer esto, claro que iba a hacer esto e iba a hacerlo bien, procurando la salud de Kohaku en todo momento, pero seguía sin gustarle ni un poco. No solo no le gustaba, lo odiaba totalmente, esta era la piedra más grande que podrían haber puesto delante de su camino y la colocó él solo. Honestamente, qué puto mal momento. Él ni siquiera quería tener hijos en ningún momento de su vida, la verdad. ¿Qué iba a hacer con un mocoso a los dieciocho años?

"Está bien", se dijo. "Solo tengo que asegurarme de que nazca sano y que Kohaku también se mantenga saludable. Cuando nazca, ella lo criará y yo solo deberé asegurarme de que tenga buena salud. Solo eso".

Claro que procurar la salud del mocoso sería infinitivamente difícil. No hablaba solo de asegurarse de que no se enfermé, lo cual también sería jodidamente difícil, sino velar por su alimentación, su correcto desarrollo, su crecimiento día tras día, semana a semana, mes tras mes. Y todo sin descuidar el trabajo en el barco. Pero está bien, lo lograría, claro que lo haría.

"Solo me aseguraré de que esté sano. Toda esa mierda de vincularse, apegarse y... encariñarse... será cosa de Kohaku. A ella le gustan los mocosos, la he visto con los niños de la aldea, estará bien. Será otro trabajo difícil, otro proyecto para el cual también se requiere de mis conocimientos científicos para llevar a cabo exitosamente. Dividiremos el trabajo y antes de darme cuenta zarparé en el barco y ya no será mi problema al menos por un par de meses".

Podía hacer esto. Claro que podía.

Senku Side StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora