Capítulo cinco

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Esa noche, después de que terminara de trabajar con Kaseki en las correcciones a la estructura del barco, al volver a su laboratorio se encontró con Ukyo parado junto a la entrada, luciendo como si llevara horas esperando a que llegara.

Apenas vio la expresión en su rostro, supo de lo que quería hablar.

Le hizo una seña para que entrara y se sentaron frente a frente con su mesa de trabajo en medio.

-Imaginó que vas a sermonearme ¿verdad?- se relajó en su asiento mientras reía entre dientes, un poco sorprendido de que alguien realmente tuviera las agallas para regañarlo por su irresponsabilidad.

-Algo por el estilo.- sonrió, incomodo. –No quiero entrometerme en tu vida, para nada, ni tampoco pretendo juzgarte, pero...-

-Sí, sí, ahórrate tus disculpas y ve al grano.- frotó su oído con cansancio. Odiaba cuando la gente se iba por las ramas.

-De verdad que no quiero sonar como un entrometido, pero siento que debo.- se cruzó de brazos. –Tú y yo, junto a Gen, Chrome y Ryusui, fuimos designados como los cinco generales de tu reino de la ciencia. Eso quiere decir que estamos a cargo de estas ciento cincuenta personas. Nos dieron su confianza para ello, son nuestra responsabilidad.-

-Soy consciente.- fue uno de sus principales dolores de cabeza la noche anterior.

-Pero todos ustedes son adolescentes, Gen y yo somos los mayores, y yo soy mayor que él. Y como el mayor me siento en la obligación de hablar contigo.- lo miró seriamente por debajo de su gorra. –Senku, no quiero reclamarte, pero... lo que hiciste fue increíblemente estúpido. De hecho, también quisiera regañar a Gen por dejar que pasará.- negó con la cabeza reprobatoriamente.

-El mentalista no tiene la culpa, solo colaboró un poco, pero pude evitar por completo que pasará. Toda la culpa es mía y lo aceptó. Y lo sé, soy un completo idiota, puedes regañarme e insultarme todo lo que quieras.- sonrió ladinamente mientras encogía los hombros.

Honestamente, él tenía razón. Fue tan estúpido que todavía ni creía lo que sucedió, pero sucedió. Y no había vuelta atrás.

-Insultarte no serviría de nada. No te digo esto porque quiera hacer que te sientas mal, solo quiero asegurarme de que entiendas la magnitud de la situación.- Senku bufó. Él dudando que Kohaku entendiera la magnitud y Ukyo dudando que él la entienda. Qué ironía. –Tenemos un posible enemigo al acecho. Es verdad que no conocemos sus intenciones, pero con su comportamiento y la fuerte sospecha de que se trate de la persona que petrificó a la humanidad, eso provoca inclinarnos más a que sea hostil.-

-Por supuesto, siempre hay que decantarnos por tener en cuenta el peor de los casos. También en la ciencia, no solo en el aspecto militar, ya sabes. Sí vas a decirme cosas que ya sé mejor deja de hacerme perder el tiempo. Ve al grano.- siguió rascando su oreja.

Gotitas se deslizaron por la frente de Ukyo, antes de que suspirara y lo mirara mortalmente serio.

-Senku... si el enemigo cuenta con poder militar, y viene por nosotros de alguna forma... Tú eres el líder. Y tu familia próxima serán los blancos más obvios para atacarte.- el científico se congeló. Honestamente, imaginó que diría algo así. La posibilidad también había pasado por su mente, pero que él lo dijera de alguna forma lo hacía más real. –Y con nuestro poderío actual, habría poco y nada que podríamos hacer para defendernos.- agregó el arquero.

El más joven bufó, apretando los dientes.

-Bueno, gracias por decirme que por el solo hecho de ser su padre ese niño tendrá diez billones de probabilidades de ser el blanco de un posible psicópata.- sonrió secamente. –También pensé en eso, pero realmente no hay ninguna razón para creer que el enemigo vendrá por nosotros hasta el...-

Senku Side StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora