Aunque lo quieras o no, tarde o temprano las cosas terminan saliendo a la luz. Por más que te esfuerces en ocultar algo, todo siempre se sabe. Y los juegos como el verdad o reto, el yo nunca, nunca, o el verdadero o falso son juego que te hacen revelar tantas cosas de ti, que ni te imaginas que algún día admitirás. Este tipo de juegos te hacer ver, no solo tus errores sino también los del resto. Te pone a pensar, ¿Por qué fulano de tal hizo esto? O ¿Qué movió esta persona a hacer eso? Para eso, son estos putos juegos.
Bueno, me corrijo, nada más para eso no. Sirven también, no solo para conocer a las demás personas, y saber que tan lejos han llegado. Sino para también te echarte en cara ciertas cosas, cosas que ni tú mismo quisieras recordar. Y siempre terminan en disputa.
Ese tipo de juegos son, como dirían en mi familia, para sacarse cada uno los trapitos.
Lu última ronda del juego empieza. Me siento más relajada a causa de la cantidad de licor que se encuentra en mi sistema. Estoy mucho más tranquila, y hasta un poco feliz. Rebeka empieza.
—Yo nunca, nunca le he bajado el novio a alguien.
—Está bebiendo Ander nada más.
Lucho contra mis instintos para no decir el comentario que se me ha venido a la cabeza pero no lo logro, y lo suelto. — ¿Nadia no bebe?
—Concuerdo con Lu. — dice Carla.
—Ya está bebiendo. — aclara Samuel, pero se nota que no está nada contento con eso.
—Yo nunca, nunca... He besado a nadie de mi familia... — dice Carla.
De no ser por el hecho de que estoy ciega, les juro que le habría aventado el vaso encima a la idiota esa. Dios es que ya sabía yo que estaba demasiado tranquila para ser verdad, ella no iba a dejar pasar la noche sin hacer una de las suyas.
Esta vez no me siento intimidada, sino más bien con rabia. Hago omiso a su comentario y pongo mi mejor sonrisa hipócrita antes de decir. —Salud. — alzo el vaso y luego me tomo un pequeño trago.
—Carla... — le regaña Samuel.
—Tu turno Guzmán. — digo para seguir el juego, no me voy a quedar así, me las va a pagar.
—Yo nunca, nunca... Le he ocultado algo realmente grave a mi mejor amigo...
Apenas Guzmán acaba yo entiendo que la indirecta fue para Ander. Y Samuel lo confirma cuando me dice que el hijo de la directora está bebiendo.
—Carla debería beber también... — atacó yo.
—Al igual que tú. — se defiende ella.
Samuel me dice que Carla bebe y yo imito su acto.
—Yo nunca, nunca... He besado a dos personas de las que se encuentran aquí presentes... —dice Nadia pensativa.
—Guzmán bebe, Omar también lo hace... — el tono de burla en la voz de Samuel me causa gracia. — Y yo también voy a hacerlo... — el que diga eso hace que se me quite la risa bruscamente. ¿A quién más de los que estamos aquí besó Samuel? Aparte de Carla... ¿Será a la Narco Barbie?
— ¿Y tú no bebes Lu? — saltó Carla nuevamente.
—No, yo solo he besado a Guzmán.
— ¿Y a Samuel? ¿No lo has besado a él? Estoy segura de que sí lo has hecho, habéis pasado mucho tiempo juntos como para no haberlo hecho, y tú nunca pierdes tiempo, ¿No es así? — estoy a punto de contestar pero el nombrado se me adelanta.
— ¿Besaste a Lucrecia? — oigo repetir la pregunta, esta vez, fue Nadia quien la hizo.
—Solo en mis sueños. — dice el pelinegro para sorpresa de todos, hasta de mi misma. No porque no lo supiera ya, sino porque nunca me imaginé que lo fuera a decir a voz populi, mucho menos en la cara de Carla.
El silencio que tomo posesión del juego es asfixiante. Me imagino que todos se deben de estar viendo las caras perplejos ante la revelación que hizo Samuel. Decido intervenir para dejar de lado el tenso ambiente y continuar con el juego.
— ¿De quién es el turno?
— Mío. — dice Ander con una voz seria. — Yo nunca, nunca he entrado a golpes al novio de mi hermana...
Sé que la indirecta va solamente para Guzmán. Samuel me dice que el rubio bebe y yo siento una gran pesadez en mi pecho, al recordar lo que ocurrió con Pablo, y me imagino debió haber ocurrido igual con el hermano de Samuel.
—Es mi turno. — Omar está tratando de disfrazar en su voz lo que está tramando... — Yo nunca, nunca le he puesto el cuerno a mi pareja.
—Carla, Ander y Guzmán beben...
¿What? ¿Ander? ¿Qué es esto? Me he perdido realmente de mucho...
—Bueno, me llegó la hora. — Sonrío con malicia... — Yo nunca, nunca he encubierto a un asesino. Salud Carla.
No necesito que Samuel me diga que está bebiendo porque sé que lo hace. Lo que realmente me sorprendió fue lo que Guzmán dijo.
—Venga Ander, ¿No has escuchado a Lucrecia? Échate un trago tú también, hombre...
Momento incomodo parte 2.
—Creo que ya ha sido suficiente. — dice Samuel y yo siento como se levanta, arrastrándome a mí con él ya que nuestras manos aún siguen entrelazadas. — Lu, debo llevarte a tu casa, tu papá no tarda en llegar.
— ¿Y tú cómo sabes a qué hora llega su padre? — escuchó a Guzmán preguntar.
Momento incomodo parte tres.
—Luego arreglamos eso... Samuel, ¿Quieres que te acompañe? — se ofrece Omar.
—No gracias. Iré rápido.
—Adiós. — me despido de todos haciendo un saludo general para luego ser llevada por Samuel fuera de la fiesta.
— ¿Por qué lo has hecho? — podía sentir algo de frustración en la voz.
— ¿El qué? — pregunté yo inocentemente.
—Vamos Lucrecia... ¡El showsito que habéis armado allá adentro con Carla!
—Escucha Samuel, no puedes pretender que ella me ataque y yo no hacer nada al respecto. Debo darle una cucharada de su propia medicina, ¿Me entiendes?
—Vosotras dos definitivamente no cambiáis. — dijo el bufando.
—Samuel... Sé que estás enojado, peor intenta entenderme. Además, yo te pedí que me llevaras a mi casa más temprano y tú te negaste... Porque me querías aquí así que...
—Te quería aquí... conmigo... porque... yo... Mejor vámonos ya.
¿Se quedaron con ganas de más?
No se preocupen que en el siguiente capítulo es que se viene lo bueno...
Por cierto, necesito música para inspirarme un poco más. Recomiéndenme una canción que les recuerde a esta historia. La escucharé y si me gusta, la añadiré al Playlist que estoy armando, thanks.
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Con Los Ojos Cerrados
Fanfiction«Un desafortunado evento cambia la vida de los estudiantes de "Las Encinas", en especial la de Lu, quien tiene que acostumbrarse a un nuevo estilo de vida»