Capitulo 21

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Muchas veces nos cruzamos con personas que están tan rotas, que cuando les entregas una migajita de amor, reaccionan de una manera que nos parte el alma. Y lo único que quieres hacer en esos momentos es darle a esa persona todo el amor y cariño que tienes para dar, e incluso más. Porque te llena de satisfacción ver como poco a poco esa persona necesitada de afecto se va recuperando, y se vuelve capaz de entregar a alguien el amor de su corazón, y la primera persona a quien va a entregárselo serás tú. Y entonces notas que esa persona tiene más amor en su corazón roto que tú mismo.

Por eso dicen que el corazón es lo único que incluso después de roto, sigue funcionando.

Voy caminando por los pasillos a la hora del almuerzo, Carla me ha estado evitando y no sé  cómo remediar eso

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Voy caminando por los pasillos a la hora del almuerzo, Carla me ha estado evitando y no sé cómo remediar eso. Necesito encontrar la forma de recuperarla, y ahora mismo toda esta situación no me ayuda a despejar mi mente. Paso cerca del área de la piscina y recuerdo como vi salir corriendo de aquí a Nano hace un par de meses, recuerdo haberla visto tirada en el suelo, y el gran charco de sangre a su alrededor. Nano aun no aparecía, y la policía estaba buscándole por doquier. Me quedo petrificado, rememorando aquel doloroso momento. Una mano se posa sobre mí.

—Guzmán. — digo con pesadez.

—Samuel. — me responde el con una voz profunda, supongo que ya sabía en que estaba pensando yo. — Ese hijo de puta nos la va a pagar.

Es la primera vez que lo oigo hablar de ambos, y no de él solamente, la primera vez que reconoce que yo sufrí la muerte de Marina tanto como él.

—Así es. — respondo soltando un suspiro.

—Venga, vamos, que las chicas nos están esperando.

Yo camino silenciosamente junto a él, nos dirigimos al área de las escaleras, y ahí están, Rebeka y Nadia discutiendo quien sabe qué. Observo como Guzmán se le queda viendo a Nadia. Él la ama, de verdad. Ojala y sus padres algún día lo acepten, se ve que la quiere. Doy un paso adelante para seguir acercándonos a las chicas y Guzmán sale de su ensoñación con Nadia para seguirme el paso. Llegamos y las chicas todavía discuten, Guzmán interfiere.

— ¿Pero que os pasa a vosotras, por qué tanta peleadera?

—Guzmán, ¿En dónde estabas tú metido? — le pregunta Nadia ya harta de la discusión con Rebe, quien espera la respuesta de Guzmán tanto o incluso más fastidiada que Nadia.

—Eh... Yo he ido a la biblioteca a por unos libros de textos y he pasado a recoger al Samu que esta por el área de la piscina. — comenta extrañado.

— ¡Ves! ¡Te lo he dicho! ¡No ha estado en el salón de biología! — replica Nadia triunfante y el rostro de Rebe se contrae de confusión.

— ¿Por qué? — les pregunto, es más que obvio que algo pasa.

—Espera, espera, espera... ¿No has sido tu quien ha mandado a llamar a la Barbie Latina al salón de biología para hablar?

Con Los Ojos CerradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora