Capitulo 11

1.4K 90 11
                                    

Muchas veces lo que más de atormenta de tus errores, es nunca poder olvidarte de ellos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Muchas veces lo que más de atormenta de tus errores, es nunca poder olvidarte de ellos. Tal vez hiciste algo malo, o en mi caso, muchas cosas malas, de las que nunca te podrás olvidar. Así pidas perdón, así te arrepientas, así luches por mantener ese recuerdo en el olvido, tarde o temprano siempre regresa a ti, y lo que es peor, siempre termina saliendo a la luz.

Cuando haces algo malo te vas creando cierta mala fama, o mala reputación. Y así hagas 20 cosas buenas, las personas siempre te recordar por ese desliz que tuviste, por lo mal que te comportaste o por el error que cometiste. Porque casi nadie recuerda las cosas buenas. Ese es un defecto que tenemos los seres humanos como sociedad, que sea tan fácil olvidar lo bueno y tan difícil olvidar lo malo.

Claro, que es mucho peor que ni tú mismo puedas sacarte eso de la cabeza.

¿Nunca han leído el cuento de El corazón delator? De Edgar Allan Poe. Deberían, para que puedan entender de qué hablo.

La clase por fin acaba y yo ando dando las gracias a la virgen de Guadalupe por haberme sacado tan rápido de este entorno

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La clase por fin acaba y yo ando dando las gracias a la virgen de Guadalupe por haberme sacado tan rápido de este entorno. Soy la primera en levantarse y salir, por lo que siento todas las miradas sobre mí. Salgo y voy directo a mi casillero. Guardo mis libros y me quedo por un rato mirando el interior de mi taquilla. Veo lo vacío que se encuentra. En la puerta ya no están las fotos mías y de mis amigos que solía tener antes. Ahora solo está vacía. Al igual que yo. Me siento sola, perdida, confundida y triste, sobre todo, triste. Por un momento pienso en Marina, en todos los errores que cometió con nosotros, lo que nos hizo odiarla en algunas ocasiones, lo que a su vez nos hizo parecer sospechosos por su muerte.

En ese momento una lágrima rebelde escapa de mi ojo izquierdo. Me deshago de ella rápidamente y cierro mi casillero con rabia. Sobresaltándome al encontrar a alguien a mi lado recostada de la taquilla que esta junto a la mía. Parece una chiva mascando chicle, me giro hacia ella y esos ojos azules me escudriñan de arriba abajo.

— ¿Qué quieres Rebeka? — pregunto con amargura.

—Uy, pero mira a la Barbie latina, que si trae un humor de los mil demonios. A ti sí que te hace falta echar un polvo, joder...

Con Los Ojos CerradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora