Prólogo

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"Todos mis lobos comienzan a aullar, despiertame el momento es ahora. ¿Puedes escuchar los tambores? se acerca una revolución".
– The score.

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Su habitación estaba sumida en fuego fatuo, cortesía de su particularidad. Esto era parte del plan de Dabi, pero debía admitir que la ira que sintió hizo que su cuerpo sin querer explotara más de la cuenta y ahora en serio se veía atrapada entre sus llamas.

Sus gritos actuados pronto fueron cambiando a unos reales y estaba desesperada, porque el hombre de los portales que había visto anteriores veces y que se suponía le ayudaría a escapar, no estaba dando señales de querer aparecer.

– Mierda. — Susurró ahogándose con el humo, rasgó la tira de la venda y aún con dolor quitó las pocas costras que estaban empezando a salir. – Más les vale aparecer ahora. – Intentó afirmarse en el mueble que estaba a su lado, sus pulmones pesaban y pronto se desmayaría.

Quizás se había apresurado con el plan y vendrían por ella en unas horas más, pero si ese era el caso, moriría antes de lograr si quiera cruzar el portal de ese hombre sombra, cuyo nombre si recordaba bien era Kurogiri.

Escuchó los gritos de su madre y no pudo evitar soltar una risa, si moría de verdad, ya daba igual.

Empezó a ver borroso, estaba más congestionada y preocupada por el humo que por el calor abrasador de sus llamas y el no poder apagarlas, porque perder el control de su quirk no era para nada fingido ahora. Había intentado apagarlo en su desespero por respirar con normalidad otra vez, sin éxito alguno.

Necesitaba que Kurogiri apareciese ahora.

– Señorita Ao. ¿Puede mantenerse de pie? — Escuchó una voz a su lado, asintió a penas consciente al ver al tipo sombra a su lado. – Es hora de irnos.

Lo último que vio fue una oscuridad antes de caer desmayada.

Las personas al otro lado del portal vieron como el cuerpo de una adolescente caía inconsciente, Dabi corrió a tomarla en sus brazos para dejarla en una cama improvisada que básicamente era el suelo con algunas sábanas puestas.

– Si hubiéramos demorado un poco más, moría. — Kurogiri admitió con algo de culpa.

– Ella perdió el control de su singularidad de fuego en serio. — El de las cicatrices respondió frío como era común. – Magne, ¿tienes las vendas que pedí?

La nombrada asintió caminando hacia la muchacha agachándose en el proceso, de todos los presentes era la que mejor se manejaba en la medicina, aunque tampoco era una experta, sabía lo básico. Cosa que los otros ni eso sabían.

Además, al haber entablado una conversación antes con la chica, quizás si podía estar sintiendo una preocupación real por Ao, también le llamaba mucho la atención de que haya terminado en la Liga, no había pasado tanto tiempo de esa vez que se vieron en el parque. Tenía curiosidad de saber que pasó con la jovencita que pertenecía a la U.A.

Ellos tenían un médico, pero era mejor no usarlo con Ao por ahora, hasta estar seguros de que la mocosa realmente quería pertenecer a la Liga. Palabras textuales de Shigaraki.

– ¿Cómo se hizo eso? — Preguntó con desinterés el de cabello albino, se había mantenido de pie durante todo ese rato esperando a ver a la chica de la que Dabi le había hablado, realmente no esperaba que se tratase de la estudiante que le golpeó durante su primer ataque a U.A.

Kinesis || BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora