La alcoba, situada bajo tierra, era tan silenciosa y oscura como una tumba. Chanyeol y Baeckhyun estaban echados juntos en la cama con los cuerpos entrelazados. Él tenía una pierna sobre su muslo, su imponente figura se curvaba alrededor de Baeckhyun de manera protectora, lo guarecía con sus brazos cerca de su corazón. El silencio era absoluto, ni siquiera se oía el sonido de la respiración. Todo parecía indicar que no había vida en ellos. La propia casa daba la impresión de dormir, silenciosa, como si contuviera la respiración a la espera de que cayera la noche. El sol irrumpía por las ventanas y ponía de relieve las obras de arte centenarias, los libros encuadernados en cuero. Las baldosas relucían en el suelo de la entrada, con el sol proporcionando un matiz más claro a los suelos de madera noble. Sin previo aviso, la respiración de Chanyeol empezó a oírse con un siseo largo y lento, continuo, como una serpiente venenosa y enrollada, preparada para atacar. Sus oscuros ojos se abrieron de repente, malévolos, reluciendo con el hambre del depredador, la furia de un lobo atrapado. Su cuerpo no respondía, su fuerza tremenda estaba minada por la terrible necesidad de sueño profundo. Captando el ciclo del día y la noche, supo que era mediodía y que un sol implacable, severo, estaba en su punto más alto y más letal. Algo iba mal. Algo había penetrado a través de las profundas capas de sueño para despertarle del necesitado descanso. Dobló los dedos, las uñas como garras arañaron el colchón debajo suyo. Faltaban demasiadas horas para la puesta de sol. Inspeccionó los alrededores, con una batida meticulosa. La casa vibró con la repentina tensión, el aire se agitaba con inquietud. Los mismísimos cimientos parecían estremecerse de terror por alguna amenaza invisible. En el exterior de la verja de hierro forjado, Rudy Romanov iba de un lado a otro, con ira ciega en su corazón, en su mente. Cada cuatro pasos daba un golpe a la verja con furia frustrada, su bate de béisbol aporreaba con fuerza las gruesas y retorcidas barras de hierro.
- ¡Malvado! ¡Vampiro! -Soltaba las palabras al aire, en dirección a la casa. Las acusaciones golpearon la cabeza de Chanyeol con la fuerza de la rabia de Rudy. - He encontrado las pruebas de mi padre. Las había reunido durante años. ¡Todo! Está todo ahí. La lista de tus sirvientes. Eres maligno, la cabeza del monstruo. ¡Asesino! ¡Impuro! ¡Has convertido a ese hermoso doncel en tu esclavo pervertido! ¡Y el iba a utilizarme a mí para añadirme a tus filas! La locura del dolor y la rabia se mezclaba con el deseo fanático de venganza.
Rudy Romanov se creía las anotaciones de su padre y había venido a matar al jefe de los vampiros. Chanyeol entendió lo comprometido de la situación; el mismísimo aire estaba cargado de peligro. Llamó a Baeckhyun, le rozó la mente con una caricia tierna y amorosa.
Despierta, amor mío. Estamos en peligro.
Baeckhyun empezó a respirar, de forma lenta y regular. Con aquella advertencia llenando su mente, inspeccionó la alcoba de modo automático. Notaba su cuerpo inmóvil, sin vida, la necesidad de sueño era muy intensa. Su cerebro perplejo no acababa de responder. Romanov se encuentra en el exterior de los muros.
El pestañeó, intentó aclarar la bruma. Hans Romanov está muerto. Su hijo vive. Está fuera, y noto su ira y su odio. Es peligroso para nosotros. El sol está en lo alto, nos encontramos débiles. Él no puede entrar, y nosotros no podemos salir.
Requirió gran concentración y un esfuerzo inmenso el simple movimiento de frotar su cara contra la mata de vello del pecho de Chanyeol.
Baeckhyun se aclaró la garganta con cautela. - Puedo ir a abrir la puerta y ver qué quiere. Le diré que estás trabajando. Se sentirá ridículo y nos dejará en paz. Chanyeol acunó su cabeza contra él.
El estaba pensando en términos humanos, inconsciente del precio terrible de la inmortalidad. Aún estás tan grogui que no le oyes. Su estado mental es peligroso . Baeckhyun no tenía idea del precio que había pagado por amarle. El sol lo destruiría si en algún momento encontraba las fuerzas para levantarse. El se acurrucó contra él como un gato, su necesidad de dormir era abrumadora.
Escucha, pequeño. ¡Debes permanecer despierto! La orden sonó imperiosa. Chanyeol lo rodeó con los brazos con la intensidad de su amor, de su necesidad de protegerlo. Baeckhyun se despabiló lo suficiente como para inspeccionar los alrededores. La ceguera de la ira de Rudy Romanov era como una entidad con vida propia, y exigía muerte. Aquella fuerza le golpeó en la cabeza.
Está loco, Chanyeol .
Alzó una mano con un movimiento lento, dificultoso, e intentó apartarse la cascada de pelo en la frente. El aire estaba muy cargado o el estaba demasiado débil. Aquel sencillo movimiento requirió una intensa concentración.
Anoche él se mostraba tan dulce, lloraba por su madre. Ahora está convencido de que somos sus enemigos. Es un joven con estudios, Chanyeol. ¿Nos he puesto en peligro? Tal vez hice o dije algo que le hizo sospechar.
La mente de Baeckhyun estaba ofuscada por la culpabilidad. Él le frotó la parte superior de la cabeza con la barbilla.
No, ha encontrado algo entre los papeles de su padre. Anoche no sospechaba nada, lloraba la desgracia familiar. Algo le ha convencido de que las acusaciones de su padre eran bien fundadas. Cree que somos vampiros. No creo que nadie vaya a hacerle caso aunque enseñe las evidencias que, se supone, tiene. Pensarán que está impresionado por la situación. Temía por la seguridad de Rudy tanto como por la de ellos. Chanyeol le rozó la mejilla con ternura. Era típico de el sentir compasión por un hombre que deseaba con todo su ser asesinarles. De pronto, su cuerpo sufrió una fuerte sacudida contra el. La casa se estremeció, gritó en silencio durante una fracción de segundo antes de que la primera explosión reverberara en sus oídos. Encima de ellos, en el primer piso, las ventanas saltaron en pedazos y varias antigüedades se astillaron. Un instante, dos. Otra explosión bamboleó la casa, fragmentando la pared del lado norte. Los colmillos de Chanyeol relucieron en la oscuridad, el siseo de su aliento era una promesa de represalias. El olor a humo, acre y apestoso, se filtró por el techo hasta la alcoba. Allí se acumuló en una espiral y formó una nube irritante que les enrojeció los ojos. Sobre sus cabezas empezaron a crepitar las llamas que lamían ansiosas los libros y los cuadros, el pasado de Chanyeol, su presente. Lenguas naranjas y rojas consumían con ganas las posesiones que Chanyeol había adquirido durante los largos siglos de su existencia. Rudy quería destruirlo todo, aunque poco sabía que él tenía muchas casas, muchos tesoros. ¡Chanyeol! El notó la angustia en él por la muerte de su amado hogar, que en esos instantes ardía sobre ellos. El olor hediondo del odio, el miedo y el humo se entremezclaban.
Debemos descender. La casa acabará viniéndose abajo .
Lo funesto que aquel momento era para Chanyeol reverberó con intensidad en la mente de Baeckhyun. Intentó incorporarse con esfuerzo, sus movimientos eran dolorosamente lentos. Tenemos que salir de la casa. Bajar sólo servirá para quedar atrapados entre el suelo y las llamas. El suelo está en lo alto. Tenemos que ir bajo tierra . Los brazos de él lo estrecharon con perceptible fuerza, como si pudiera darle el coraje para enfrentarse a lo que tenía que hacer. No tenemos elección.
Vete tú, Chanyeol , dijo. El miedo se clavó en el. Se sentía inútil en su estado presente. Aunque consiguiera moverse y descender a la bodega, nunca podría horadar en la tierra, enterrarse viva. Se habría vuelto loco para cuando llegara el momento de regresar a la superficie. Desde luego que no podía embrollarse en un acto así, pero era necesario animar a Chanyeol a hacerlo. Él era el que importaba, el necesario para su gente. Nos vamos juntos, amor mío , replicó él con la fuerza en su voz, una fuerza que su cuerpo muscular no reverberó. Sus miembros parecían de plomo. Requirió un esfuerzo enorme sacarle a rastras de la cama, y su cuerpo aterrizo pesadamente en el suelo. Vamos, podemos hacerlo.
El humo era ya más denso, la habitación parecía un horno. Arriba, el techo empezó a oscurecerse amenazador. El humo les escocía en los ojos, tanto como para quemarles. ¡Baeckhyun! Era una orden imperiosa. El se dio la vuelta sobre la cama y aterrizó con pesadez en el suelo, lo que lo dejó sin aliento. Está avanzando muy rápido . Las alarmas empezaron a sonar en su cabeza. Había mucho humo, la casa crujía sobre ellos. Baeckhyun se deslizó muy despacio, centímetro a centímetro, siguiendo los movimientos dramáticamente lentos de Chanyeol por el suelo. Ni siquiera podían gatear; estaban tan débiles que era imposible sostenerse sobre las manos y las rodillas. Deslizaban todo su cuerpo apoyados sobre el estómago, empleando los brazos para impulsarse hacia delante hasta que alcanzaron la entrada oculta de la bodega. Baeckhyun habría hecho cualquier cosa para que Chanyeol llegara a un santuario seguro. El calor absorbía el aire de la habitación y sus cuerpos estaban empapados en sudor; los pulmones se ahogaban, les ardían. Pese a la fuerza combinada, parecía imposible levantar la trampilla. Concentrate , ordenó Chanyeol. Hazlo con la voluntad.
Baeckhyun lo bloqueó todo: su miedo, el humo, el fuego, la agonía y la rabia de Chanyeol al ver su hogar en llamas, la bestia depredadora que se rebelaba en él. El limitó sus pensamientos a la pesada puerta, concentrada en aquel objetivo. Con lentitud infinita, empezó a moverse, un crujido gemidor de madera y metal protestó, pero obedeció de mala gana. Chanyeol alimentaba el poder de Raven con el suyo. Cuando la puerta Baeckhyun abierta y reveló el abismo abierto debajo, se desplomaron agotados el uno contra el otro, se pegaron por un momento, con los corazones luchando, los pulmones ardiendo por las nubes de humo que formaban remolinos a su alrededor. Del tejado de la casa caían restos sobre el techo que tenían sobre sus cabezas. El fuego rugió como un monstruo gigante, una conflagración tormentosa, ruidosa y temible. Baeckhyun deslizó su mano entre los dedos de Chanyeol. Él se los rodeó con fuerza. Ya no queda tejado, el techo que tenemos encima tampoco tardará mucho en consumirse. Baja, Chanyeol, esperaré aquí todo lo que pueda . El agujero de abajo era tan aterrador como el propio fuego. Vamos juntos , las órdenes de Chanyeol eran ley. Baeckhyun podía percibir el cambio en él. Ya no era un hombre, era todo carpatiano, una bestia haciendo acopio de fuerzas, esperando. Un enemigo estaba destruyendo su casa, sus pertenencias, amenazaba la vida de su pareja. Un siseo lento y mortal escapó de él. El sonido aceleró el corazón de Baeckhyun. Con el siempre era amable y dulce, tierno y amoroso. Éste en cambio era el depredador desatado. Baeckhyun se tragó su miedo, cerró los ojos y aclaró su mente. Por Chanyeol tenía que encontrar la manera de descender por la oscuridad de la tierra en el piso inferior de la bodega que tenían debajo. Chanyeol se arremolinó dentro de el con más fuerza que nunca.
Puedes hacerlo, amor mío. Eres ligero como una pluma, tan ligero que puedes flotar .
Creó la sensación para el. Su cuerpo parecía insustancial, tan ligero como el propio aire. Mantuvo los ojos cerrados incluso cuando notó que el aire se agitaba con suavidad a su alrededor, cuando sintió que le acariciaba la piel. Podía apreciar a Chanyeol en su mente y aun así su cuerpo no era más que una liviana brizna, enredada con él. La oscuridad les envolvió, les arrulló, les hizo descender hasta el fértil suelo. Baeckhyun abrió los ojos, asombrado y complacido al encontrarse en la bodega. Había flotado como una pluma por el aire. Era excitante. Por un momento su placer expulsó el miedo y el horror del incendio. Había movido un pesado objeto sólo con su mente, y ahora había ido por el aire, flotando como la propia brisa. Casi como si volara. Baeckhyun se apoyó agotado contra Chanyeol.
No puedo creer lo que hemos hecho. Estábamos flotando de verdad, como si tal cosa . Por un instante, el apartó toda la destrucción que les rodeaba y se deleitó en la maravilla en que se había convertido. La respuesta de Chanyeol fue atraerlo aún más, rodearlaocon los brazos, envolviendo su cuerpo delgado, protegido por su gran figura. La excitación se desvaneció. Estaba tan dentro de él como él de el, y el percibía el frío helado, el de su amargura, y también su determinación despiadada. Pero no era nada comparado con su rabia ciega al rojo vivo, que era algo mucho peor. Este Chanyeol era todo carpatiano, tan peligrosamente letal como el vampiro imaginario. La absoluta falta de emoción, toda la fuerza de su voluntad de hierro y su total determinación eran aterradoras. No había terreno intermedio. Romanov se había convertido en su enemigo y sería destruido.
Chanyeol.
La compasión y una dulce calma llenaron su mente.
Perder tu hogar de este modo, las cosas que te han rodeado y confortado durante tanto tiempo, debe de ser como perder un parte de ti mismo.
Frotó rostro contra su pecho, un pequeño gesto de consuelo.
Te quiero, Chanyeol. Construiremos otro hogar juntos. Los dos. Es un momento terrible en nuestras vidas, pero podemos recuperarnos con más fuerza que nunca.
Él apoyó la barbilla en su cabeza, le envió con su mente oleadas de amor, de cariño. Pero dentro persistía esa absoluta frialdad, a la que no afectaban las palabras. Sentía ternura sólo con Baeckhyun; para el resto tenía toda su fuerza: matar o morir. Baeckhyun lo volvió a intentar.
La pena tiene extraños efectos sobre la gente. Rudy Romanov ha perdido a sus dos padres. Su madre fue asesinada de un modo brutal por su padre. Sea lo que sea lo que ha encontrado lo ha llevado a culparte. Lo más probable es que se sienta culpable por pensar que su padre estaba loco. Lo que está haciendo es algo terrible, pero no es peor que lo que hiciste tú con los asesinos de tu hermana.
No pensé en ningún momento en mi hermana cuando caí contra los asesinos . En los pensamientos de Chanyeol habia algo siniestro.
No se pueden comparar los dos casos. Los asesinos nos atacaron primero. Les habría dejado en paz si no hubieran venido por mi gente. Te he fallado una vez, pequeño, y de ahora en adelante voy a protegerte bien. Estamos a salvo aquí. La gente del pueblo vendrá y apagará el fuego. Lo más probable es que se lleven a Rudy al hospital o a la cárcel. Pensarán que está loco. Y no te preocupes porque la
gente piense que morimos en el incendio. No encontrarán nuestros cuerpos. Podemos decir que fuimos a visitar a Celeste y a Eric, ya que estamos planeando nuestra boda.
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~Dark Prince~[Chanbek] #1
FanfictionChanyeol, príncipe de los Carpatianos, ha encontrado por fin la luz después de siglos de tinieblas, y donde menos podía sospecharlo. Porque ha sido un doncel humano, Baekhyun, el que ha contactado con él y le ha demostrado que es el elegido para ser...