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Jimin, traje a Nam a mi casa. Como los padres estaban ausentes, decidí aprovechar para meterlo a mi mundo y así él se distrajera. Lo adentré al mundo en el que yo soy experto: la música.

Nam sabe muchas cosas gracias a los libros, pero yo sé demasiado sobre la música por el sonido y cómo ejecutarla. Tal vez esto le sirvió para que su mente se obsesione con algo nuevo y feliz. La música me hace feliz.

Llevé a Nam al piano que tengo y le toqué una canción. Sus ojos se maravillaron porque le gustaba el sonido dulce del piano. Era obvio que él se moría por ganas de intentar tocarlo. Lo tomé de la mano e hice que se sentara a mi lado. Con la mirada me pidió permiso para tocar las teclas blancas y negras. Yo asentí en señal de autorización. Estuve feliz por verlo tan sorprendido. Pero la felicidad se fue y llegó el enojo.

No sé cómo pasó. ¡Estoy aún furiosos, Jimin! Yo simplemente tenía los ojos cerrados mientras escuchaba cómo Nam tocaba. Su sonido no era dulce ni ordenado; es decir, no tenía armonía, pero sí era fácil de detectar su asombro. Aunque, de repente... un sonido demasiado brusco interrumpió. Abrí mis ojos porque Nam dejó de tocar y... y... ¡no lo puedo creer! ¡Namjoon había roto una tecla y el pedal del piano! ¡No sé cómo demonios sucedió eso! ¡No sé cómo un niño puede destruir eso!

Nam se fue de la casa corriendo. Nam dice que le da miedo mi mirada, probablemente lo miré de una manera grotesca.

Jimin, estoy furioso. Mis padres me van a regañar porque no quiero que ellos le echen la culpa a Nam o a su mamá para que los obliguen a pagar. Ya sabes, ellos no son de dinero. Batallan mucho. Es obvio que me haré responsable de todo.

Jimin, no entiendo por qué quiero que estés a mi lado en estos momentos.

Delirio de estar contigo (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora