46

85 16 3
                                    


Debí haber estado en una tristeza o melancolía amarga como para provocar un cuidado especial sobre mí por parte de todos mis amigos.

Esa noche permanecieron atentos a mis palabras y sensaciones, pues creían que tendría uno de esos episodios de descontrol emocional. Lo bueno era que ellos no trataron de consolarme en ningún momento, sólo se limitaron a entenderme así como a lograr un desahogo.

Al despertar en la mañana, estuvimos juntos desayunando. No sabría si decidieron cancelar algún compromiso o faltar a alguna clase puesto que era extraño concordar en la rutina mañanera. Sin embargo, fue más sorprendente la insistencia, y consejo, de todos ellos de terminar absolutamente este ciclo entre Jimin y yo, aclarándonos la verdad sobre las dudas de años atrás ya que, según en sus palabras, era necesario para mi bienestar emocional.

Cuando terminé la clase de vocalización donde participo como auxiliar, Jungkook se acercó a mí con incomodidad para entregarme las llaves que dejé en sus manos la noche anterior.

–Gracias –Le dije algo seco. Jungkook suspiró.

–Soy amigo de Jimin desde hace algunos años –Empezó a hablar al ver que intentaba alejarme de él y retirarme –él suele hablar de un pianista virtuoso que ha conseguido impresionarlo en su trabajo, el arte. A veces acude a sus recitales, en algunos momentos yo lo he acompañado. Le sugería que se acercara a él para pedirle una foto o un autógrafo; pero Jimin siempre se negaba –Sonrió–. Un día me confesó que ese pianista fue su amigo de la infancia –volvió a suspirar–. Resulta que ese pianista es usted.

Jungkook se retiró mientras mi corazón palpitaba con gran ímpetu.

Delirio de estar contigo (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora