La última noche- 3ra de la serie Amor en la mafia.

Capítulo 4

"El diablo debajo de tu sonrisa,
Es una cosa dulce
Apuesto a que juegas para ganar
El cielo me va a odiar."

Not afraid anymore / Halsey

Cuando Donghae tenía 29 años.

Cada día que pasaba pensaba más y más en Mina. No quería admitirlo pero le costaba cada vez más acostarse con una mujer que no fuese ella. Cada vez intentaba buscar en otras la melena corta de Mina, su suave piel, su hermoso rostro y la inocencia de su toque. Ninguna podía ofrecérselo y eso lo frustraba en vez de liberarlo. Pero aunque pensaba en ella, no podía ceder ante la desesperación, no con todo lo que tenía entre pecho y espalda.

Donghae estaba de muy mal humor. Desde lo sucedido con Sunhwa, poco a poco su padre empezó a enviarlo a diferentes ciudades para cerrar alianzas o encargarse de los negocios. A él no le gustaba, como su heredero necesitaba empezar a hacerse cargo de operaciones más importantes, no de trabajos de un soldado de rango medio. Además, estaba notando que su padre no estaba manejando bien los negocios.

-Estamos perdiendo mucho dinero padre- le dijo Donghae en su oficina aquella noche, estaba molesto al notar que toda la ganancia de un cargamento de opio se había ido en pagar deudas de juego y prostitutas demasiado jóvenes, casi niñas. -¿Cómo es posible que se pierdan millones por pagar una deuda de juego?- le preguntó ansioso, nunca demostraba sentimientos, pero el enojo era algo con lo que Donghae no acostumbraba a lidiar de buena manera.

Dongho se levantó y caminó hacia su hijo, antes de que este reaccionara golpeó su mejilla con un puñetazo haciendo que el joven trastabillara.

-Deja que te lo diga otra vez, No te metas en mis asuntos.- le dijo este mirando a su hijo, tan idéntico que era como verse con un par de décadas menos. –Yo soy el líder de la familia, soy el dueño de tu vida y de todos lo que están en mi mando.

Donghae tensó su cuerpo, nunca había sentido cariño por su padre. Bueno, tal vez cuando era un niño pequeño y se sentaba en sus piernas mientras este le sonreía orgulloso de su hijo y heredero. Pero desde que entró en la pubertad cualquier cariño que su padre podría demostrar se murió junto con su esposa y Donghae sólo recibió golpes, palabras fuertes y órdenes. Lo moldeaba a su imagen y semejanza, dijo una vez.

Donghae lo odiaba.

Tragó saliva y asintió antes de abandonar la oficina de su padre. No podía volver a dejarse llevar por la rabia hacia él, no en ese momento. Los Choi y los Lee de Incheon estaba preocupados por como su padre estaba perdiendo el control de los negocios de la familia. Changmin y Donghae se estaban encargando de casi todos los negocios que podían, pero su padre era la última palabra y la frustración crecía entre sus propios hombres.
Choi Siwon ya le había dicho a Donghae que tenían que deshacerse de su padre y ubicarlo a él como líder de la familia. Dongho no solo se estaba convirtiendo en un problema para los negocios, también estaba violando leyes de la alianza, como la prostitución de menores y participaba de ello con suma lujuria asqueando a las otras familias. La prostitución era permitida, pero no la esclavitud o la pedofilia. Sólo tenía que esperar que el plan para apartarlo diera éxito y para ello Donghae tenía que contenerse.

Pero no lo soportaba más.

Su teléfono sonó con un mensaje, interrumpió sus pensamientos para revisarlo encontrando en él la esperanza de que todo terminara.
-Lo haremos esta noche, Siwon.
Esta noche su padre moriría y Donghae no haría nada para evitarlo.
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-¿Qué haces aquí?- le preguntó Donghae a Changmin cuando lo vio llegar al Lux, el club de pelea de la familia Choi. Estaba allí para mantenerse lejos de Scarlet, el casino clandestino favorito de su padre y que sería atacado más tarde por los hombres de la alianza que lo asesinarían para crear ejemplo ante los hombres sobre el hecho de que nadie era intocable en su mundo. –Te pedí que cuidaras a Seohyun.
-Tuve que salir porque tu padre me lo ordenó. Dijo que sus hombres cuidarían de Seohyun esta noche. –Al escuchar eso, Donghae sintió como su piel se erizaba. No le gustaba eso.
-Se suponía que debía estar esta noche en Scarlet junto a sus lugartenientes.
-Y lo está porque me llamó a notificarme del cambio de planes, no sé... No quería pero debía hacerlo o desconfiaría.