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[Nota: Cada capítulo será narrado, cambiando de Kurt a Blaine]
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[Nota: Cada capítulo será narrado, cambiando de Kurt a Blaine]

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BLAINE.

Bajé las escaleras a toda carrera; puesto que mi despertador no había revivido luego del segundo golpe que le di contra la pared, y me dormí. Al final del último escalón me crucé con mi madre, quien estaba perfectamente arreglada como para una cena de gala, inundando todo a su paso con el dulce y floral olor de su perfume favorito, aquel que sólo usaba en ocasiones especiales.

- ¿Qué pasa Blainey? ¿Por qué aún estás en casa? – cuestionó mirando el reloj de la sala.

- El despertador se averió y no sonó esta mañana – me justifiqué. Y era cierto, aunque haya obviado la forma en cómo se dañó.

- Oh, bueno, no alcanzas a desayunar, asique toma una barra de granola y una fruta – sugirió con ternura – No puedes irte con el estómago vacío.

- De acuerdo – asentí con una sonrisa, pero una duda me asaltó – Y ¿dónde vas así de linda? ¿Saldrás con papá?

- ¿Yo? ¿Linda? – soltó una risa nerviosa - No, sólo voy... ¡de compras! Me juntaré con unas amigas en el centro comercial – pude percibir que algo no andaba bien, ella estaba mintiendo. Siempre que esquivaba la mirada, lo hacía – Bien, me voy... y tú vete también o llegarás más tarde de lo que ya vas. Te quiero – arrojó un beso al aire y desapareció tras la puerta.

Me quedé allí, dándole vueltas al asunto, pero luego me di prisa en tomar algo de comer y correr al instituto. Estaba más que retrasado.

Como lo pensé, no alcanzaría a la primera clase. Para mi suerte, me iba bien con las matemáticas, no como mi mejor amiga Santana, que sólo asistía a la clase para mirarle el trasero al profesor y cotillear acerca de lo mucho que le gustaría secuestrarlo y aprovecharse de él.

Caminé por los pasillos desolados de McKinley en busca de algo que hacer, cuando pasé frente al baño de chicos, decidí entrar a mirar mi reflejo para chequear que mi peinado no se había arruinado al correr.

No alcancé a emitir ningún sonido aún, cuando oí un sollozo, fuerte y claro. Alguien estaba llorando encerrado en uno de los cubículos. Le oí sorber su llanto y luego sollozar de nuevo. Avancé lo más silenciosamente posible, pisando con el talón primero y luego con la punta del pie. Quien me hubiera visto, se hubiera reído de mi intento por parecer un ninja. Logré llegar frente al primer cubículo, por lo que me puse de rodillas, para ver si es que estaba ocupado. Nada. El siguiente también estaba vacío, y el colindante a este. Quien lloraba estaba al final.

No sabía si tocar y preguntar "¿Hey, estás bien?", porque era más que evidente que de felicidad no lloraba. Lo otro complicado, es que no quería parecer un loco, golpeando cuando alguien está dentro de un cubículo... es como... invadir su privacidad. Pero, realmente me preocupaba que la persona en el interior en serio necesitara ayuda o al menos un hombro en el cual llorar.

I Really Care About You [Klaine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora