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BLAINE

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BLAINE.

El silencio reinaba en la oficina de Figgins, siendo interrumpido únicamente por el incesante "tic–tac" del reloj mural.

- Quisiera saber... - comenzó a decir – ¿Qué fue lo que lo motivó a golpear a estos dos muchachos? – Figgins me miró severo tras su escritorio.

A mi lado, sentados con caras de víctimas y un aspecto horrible por la golpiza, se encontraban Azimio y Karofsky. El señor Schuester se posicionó a mi lado y la entrenadora Beiste junto a los dos idiotas.

- Ellos trataron de lanzar a Kurt a un contenedor de basura – murmuré mirándolos con odio – Yo sólo traté de salvarlo.

- ¿Por qué querrían lastimar al señor Hummel, estos dos buenos muchachos? – musitó el director, dirigiendo su pregunta a los chicos.

- Lo mismo me pregunto yo – añadió la entrenadora Beiste.

- Yo... ¡No lo sé! – bufé, molesto por el cinismo de los dos tarados.

- Este demente apareció de la nada y comenzó a golpearnos – mintió Azimio, fingiendo inocencia.

- ¿Qué? ¡No! ¡Eso no es cierto! – chillé furioso.

- Cálmese señor Anderson – advirtió Figgins.

- Azimio no miente. Recuerdo que mencionó algo de que nos envidiaba por estar en el equipo – lo apoyó Karofsky, hablando con dificultad.

- ¡Están mintiendo! – Me defendí - Ni siquiera me gusta el futbol.

- Señor Anderson, ¿se das cuenta de que es la palabra de ellos contra la suya? – Consultó Figgins – Además, son ellos los que tienen el rostro amoratado a golpes y usted sólo lleva una pequeña herida en la mejilla... – alzó una ceja, señalándome – Cuando debería ser al revés.

- Eso no significa nada – me quejé – Sólo tomé lecciones de boxeo, nada más.

- ¿Boxeo? – se alarmó el director.

- Mi padre es un gran admirador de esa disciplina, por lo cual me hizo tomar clases... - empequeñecí los ojos mirando a todos – Pero ¿eso qué importa?, estamos aquí por otro motivo, ¿no?

- Hmm... Blaine... ¿podría usted relatarme la sucesión de los hechos? – pidió Figgins.

- Por supuesto, yo llegué algo tarde al instituto – comencé, bajando la voz en cada palabra – Por motivos completamente justificables – me apuré en decir – Y, entonces vi cómo Kurt huía de estos idio... am... de los... aquí presentes – torcí el gesto – Corrí para ayudarlo, en cuanto me di cuenta de lo que ocurría. Ellos tenían a Kurt en una encerrona, entre el basurero y ellos... Por lo que yo fui a defenderlo. De no ser por mí, jamás se hubiera librado de las manos de éstos... ni hubiera ido a buscarlos a ustedes.

I Really Care About You [Klaine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora