BLAINE.
Esperé a que Santana entrara en la ducha, para salir sin ser visto. Me monté en mi carro y anduve hasta llegar al Lima Bean. Si bien estaba algo nervioso, por fin había logrado contactar con una persona que está dispuesta a contarme al menos lo que sabe de Kurt, de su pasado y su vida en el otro instituto. Estoy seguro que esto ayudará. ¿En qué? Sencillo, de esta forma, podré comprender mejor a Kurt y él ya no tendrá que sufrir al contarme todo su pasado, recordando lo que no quiere.
Llegué antes de lo acordado y pedí un café, sólo para tranquilizarme un poco.
Pasaron diez minutos, antes de que Jessie apareciera. Me divisó de inmediato y caminó hacia mí.
- Hola, que bien que has venido – saludó, sentándose.
- Gracias por ayudarme – murmuré, sorbiendo otro poco de mi vaso.
- No lo hago solamente por ti, también lo hago por mí... - soltó un suspiro – Llevo tanto tiempo guardándome todo esto, sintiéndome culpable... - negó con la cabeza y luego mantuvo su mirada en mi por un minuto completo – Pero, dime... ¿qué tal ha sido conocer a Kurt?
- Bueno, pues... - me rasqué la nuca - Él es un hueso duro de roer, difícil de predecir e imposible de cambiar – Jessie asintió, comprendiendo lo que yo decía – Parece estar atrapado tras un muro impenetrable, lleno de secretos y cosas que sólo guarda para él, y creo que por eso ha llegado a auto lastimarse. ¡Y eso es horrible! Y por más que haya hecho de todo para qué deje de hacerlo, es peor... - Jessie me miró con el ceño fruncido.
- ¿A qué te refieres? – inquirió.
- Le he hecho daño – confesé – Y sé que, en este momento, debe estar desquitándose consigo mismo... y yo simplemente no sé qué hacer. Lo único que quería era protegerlo y... todo me ha salido mal.
- No todo ha sido tu culpa – dijo, de pronto – Yo también he sido parte en esto... Y todo empezó en primero, cuando ambos éramos compañeros en el Carmel. Nos llevábamos muy bien, él era un chico divertido y muy bromista, solía reír con frecuencia y atraía a las personas con su carisma. Simplemente, era imposible que te desagradara pasar tiempo con él. Luego nos hicimos mejores amigos, salíamos a todas partes, él iba a mi casa y yo a la suya, casi como hermanos, o al menos yo lo veía así. Un día, Kurt llegó a mi casillero y me dijo que, aunque se moría de vergüenza, quería darme algo desde hace tiempo, entonces, me entregó una carta. Al principio, creí que sólo jugaba, como solía hacerlo. Yo sabía que él era gay, y bromeábamos al respecto, fingiendo incluso en algunos lugares que éramos novios, como en el cine o en el centro comercial, caminando tomados de las manos... Teníamos una relación bastante única. Para Kurt era mucho más que eso, y yo debí darme cuenta antes, pero nunca quise. En efecto, la carta era una confesión de amor hacia mí. Decía muchas cosas bonitas y estaba cargada de sentimientos que yo no podía corresponder, porque... yo soy hetero. Hablé con él, siendo sincero, diciéndole que lo quería, pero sólo como amigo, y él lo supo entender, dejando su amor de lado, continuamos con nuestra amistad. Pero no fue tan fácil de ahí en adelante – Jessie, apoyó su cabeza en una mano, exhalando, luego continuó – Unos chicos idiotas robaron la carta de Kurt que yo tenía en mi casillero. Nunca supe cómo se enteraron de ello, pero al leerla, comenzó el infierno de Kurt. Yo me callé. Jamás fui capaz de advertirle nada a él, ni decirle lo que había ocurrido. Comenzaron con imágenes nuestras, editadas, en donde estábamos en situaciones comprometedoras, repartiéndolas por todo el instituto, luego lo escribían en cada pizarrón. Así como avanzaban los días, se las ingeniaban para inventar nuevas cosas, como una vez que lo encontraron solo en los vestidores de chicos, luego de las clases de gimnasia, y le quitaron la ropa, dejándosela bajo el agua de las duchas y al él, amarrado en uno de los asientos, completamente desnudo. También, le raparon una parte del pelo, y le pintaron el resto con spray rojo. Además de las muchas ocasiones en que le rasgaban la ropa que traía puesta, e incluso la orinaban frente a sus ojos. Lo último que Kurt aguantó, fue la vez en que alguien dio aviso a los profesores de lo que estaba ocurriendo, y todos creyeron que había sido él, y le dieron una paliza tan horrorosa que quedó hospitalizado por un mes. Desde entonces no volví a verle ni a saber más de él, porque lo transfirieron a tu escuela.
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I Really Care About You [Klaine]
FanfictionBlaine sin querer conoce a Kurt, un chico que, según Blaine, no tiene amor propio y se desprecia, puesto que Kurt suele cortar sus muñecas. Desesperado, Blaine pretende ayudarlo, pero Kurt se niega. Blaine agotará todos los medios para descubrir el...