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KURT

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KURT.

Ya han pasado tres días desde que tuve que ir con mi padre a la comisaría, para que él supiera lo que había ocurrido. Sebastian fue retenido en un centro para menores, mientras se lleva a cabo el juicio. Sinceramente, no quería que las cosas resultaran así, pero tampoco yo merecía lo que él me hizo. Ahora, lo único que deseo es pasar página y olvidar todo esto.

- ¿Nos vamos? – preguntó Finn en el vestíbulo, abriendo la puerta para mí.

- Claro – sonreí y salí al exterior.

Podía sonar raro, pero comenzábamos a llevarnos bien, a tolerarnos y tratarnos como hermanos. Al parecer, realmente se estaba esforzando en cumplir todo lo que me había dicho, y lo felicito por ello. Las cosas en general, parecían estar mucho mejor.

- Hey... ¿Sabes que harán una fiesta, para el fin de curso? – preguntó Finn, mirándome de soslayo.

- No me gustan las fiestas – negué con la cabeza – Son un aburrimiento total. No sé cómo les puede gustar el estar presionados unos contra otros, sin espacio ni para respirar, sudados y con música horrible. ¡Puag! – hice un gesto de asco, sacando la lengua.

- Tiene sus ventajas, si lo piensas mejor – alzó las cejas y las bajó – Es el ambiente perfecto para ligar – negué nuevamente con la cabeza ante lo que oía – Porque, aunque quieran alejarse, no pueden... Están obligadas a estar pegadas a ti.

- Eso es asqueroso – me quejé – Finn... no estás hablando con uno de tus descerebrados amigos, recuérdalo.

- Lo siento – se centró en la carretera y no dijo una palabra más.

Llegamos al instituto y bajamos del carro de mi "hermano". Pude ver la incomodidad de Finn en su rostro, cuando varias miradas se centraron en nosotros, aunque intentó disimular.

- No tienes que hacer esto, si no quieres – murmuré, tratando de quitarle la cara de terror – Ya me has demostrado que quieres hacerlo, eso es suficiente para que estemos bien.

- Ya, pero... en realidad quiero cambiar las cosas... Así que, déjame hacerlo.

Caminamos por los pasillos repletos de estudiantes, tanto que casi no parecía que íbamos juntos. Me dejó en mi taquilla y luego desapareció. Sonreí para mis adentros por su esfuerzo. Sabía lo mucho que significaba para Finn su reputación, por lo que valoraba lo que trataba de hacer por mí.

- Buenos días... - susurraron a mi oído, una voz profunda y varonil, que me hizo temblar levemente – Dichosos los ojos que te ven – su sonrisa perfecta envió mil descargas eléctricas por todo mi cuerpo y tuve que palmearme la cara mentalmente para reaccionar. Esto no estaba bien.

- Hola, Blaine... ¿A qué debo tanta caballerosidad? – pregunté, comenzando a caminar.

- ¿Eso es una pregunta o una ofensa? – me miró de lado – Siempre he sido un caballero.

I Really Care About You [Klaine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora