Capítulo 9

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—Choi Ha Neul. Repito, Choi Ha Neul, acérquese por su placa. —dijo el hombre alto, esbelto y vestido de militar a través de un megáfono desde arriba del escenario. Éstas placas tenían grabado el nombre de todos los estudiantes, se colocarían en el uniforme de cada uno y así se podrían vigilar de mejor manera ya que al ser de metal, sí algún estudiante tratará de quitarselo o salir del internado ilegalmente habría una alarma alertando a todos. Esta medida de "seguridad" es porque al parecer, ayer en la noche alguien trató de burlar el código que abre la gran reja del internado, además de que dicha persona rompió las cámaras. Se dice que nadie supo quién fue el responsable ya que salió corriendo de los guardias hacia quién sabe donde, además de que en ningún momento se le vio el rostro.

HaNeul se acercó hasta el militar y éste le entregó una placa con su nombre grabado. La castaña se la colocó en el uniforme y se dirigió a la salida del auditorio, pero en ese momento alguien gritó su nombre detrás de ella.

—¡HaNeul, espera! —la castaña volteó para ver quién la llamaba y se sorprendió abriendo los ojos al ver al chico alto frente a ella.

—Mike, ¿Qué sucede? —preguntó temerosa. Se sentía tan inferior al estar con él además de que le causaba cierto terror.

—Te quiero enseñar algo, algo secreto. —dijo con una voz grave y soltó una pequeña risa al final. —Bueno, ya no será tan secreto cuando te lo enseñe. Vamos.

Mike tomó de la mano a HaNeul impidiendo que se quejará. El chico tatuado la guió hasta un clóset pequeño, abrió la puerta y los dos entraron a éste. Mike cerró la puerta detrás de los dos y volvió a estar frente a HaNeul, poniéndola nerviosa e incómoda.

—Mike, ¿qué estamos haciendo aquí? Me quiero ir de éste lugar.

—De verdad que eres chillona, cállate. —se quejó el chico quitando cajas y materiales de limpieza. —Observa, —Mike empujo lo que al parecer una puerta secreta que mostraban unas escaleras con polvo y telarañas. —entra.

—No voy a ir ahí abajo, se ve peligroso.

—Cariño, lo único peligroso que hay es el hecho de que hayas aceptado a venir conmigo hasta aquí. ¿Qué puede ser más puede ser peligroso que bajar unas escaleras con un poco de polvo y arañas? —dijo Mike sonriendo divertido.

—En primera, yo no acepté venir contigo, me obligaste al tomarme de la mano. Y en segunda, es muy peligroso bajar ahí contigo en total oscuridad. —El chico río al ver la expresión de terror en el rostro de HaNeul, pero nuevamente sin importarle la opinión de ella, la tomó de la mano y comenzó  bajar las escaleras como si tuviera visión nocturna mientras que la castaña trataba de no dar un paso falso y caerse.

—Mike, déjame ir. Esto no me gusta, no quiero ir a ningún lado contigo. Basta. —HaNeul se quejaba detrás hasta que Mike paró de caminar. —¿Qué pasa?

—¿Tienes tu celular? —preguntó el chico seriamente.

—Sí, ¿por qué? —respondió HaNeul desconcertada por la repentina pregunta.

—Activa la literna, no podré abrir la puerta sin luz.

—¿Más puertas? Ya estoy harta, no activaré nada.

—¡Solo activa la puta linterna! —gritó Mike frustrado por lo que HaNeul dio un pequeño salta en su lugar debido al susto e hizo lo que el chico le indicó activando la linterna de su celular el cual le arrebató Mike.

En silencio, Mike trataba de abrir una puerta con una ganzúa un tanto pequeña. HaNeul se mantenía callada viendo todo lo que el chico hacía. Unos minutos después la puerta se abrió dejando ver nuevamente unas escaleras pero éstas más limpias e iluminadas por la luz del día. Mike tomó del brazo a HaNeul para comenzar subir pero está se quedó parada sin caminar.

─El Internado.❜❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora