Jueves, 21 de Noviembre del 2019
11:07 p.m.—Bien hecho, nunca creí que serías capaz de hacer eso. —elogió la pelinegra detrás de la castaña, la cual tenía la respiración agitada. Sus manos estaban manchadas de sangre, al igual que su rostro y uniforme. El cuchillo había caído al suelo, pero este fue recogido por la pelinegra guardándolo en su bolso. El chico, que estaba con ellas presenciando todo el acto tenía los ojos llorosos, su respiración agitada y se veía confuso. —¿Qué hacen ahí parados? Vámonos de aquí, imbeciles. —la pelinegra miró a todos lados verificando que no quede nada de huellas, ni ropa ni armas que los incrimine.
—No debimos hacerlo, nos descubrirán. —sonaba el chico arrepentido.
—Ay por favor, cállate idiota. —la pelinegra lo miró con incredulidad. —Sabemos bien que querías ver muerta a Ha Neul. Además, nuestra pobre chica aseguraba que Ha Neul había sido mala y necesitaba un castigo, tenía razón. —la voz de la pelinegra sonó suave, aunque era obviamente falso. Se arrodilló junto a la castaña que no reaccionaba, no creía que había asesinado a Ha Neul hace unos minutos. —Y ahí está su puto castigo. —volvió su tono de voz grave e imponente. —Vámonos, tenemos que quemar todo.
—KyuRi, no quiero ir a la cárcel. Tengo miedo. —dijo el chico con la mirada perdida dejando caer unas lágrimas.
—Dices solo estupideces tan obvias, nadie quiere ir a la cárcel. —se quejó la chica tomándolo por los hombros. —Christian, nadie irá a la cárcel si nos vamos ahora y hacemos el plan como habíamos dicho.
—¿Y qué haremos con ella? —apuntó con la mirada a la castaña que aún se mantenía en el suelo arrodillada sin reaccionar. —Mírala, ni siquiera se mueve.
—¿Qué haremos? Hmm, buena pregunta. —se acercó KyuRi a la castaña, tomó sus mejillas con fuerza para que la mirará y soltó una bofetada en el rostro de la castaña, había sonado realmente fuerte que incluso la uñas de KyuRi habían rasguñado parte del rostro de la castaña que lloraba por culpa y dolor. —Deja de llorar y levántate. Tenemos que escapar de aquí, entiende que si te encuentran aquí a la primera persona que culparán será a ti.
—¿Por qué? —se atrevió hablar la castaña tomando su mejilla, sentía que ardía como nunca antes.
—¡Porque estás jodidamente loca! Se les hará fácil culparte, eras su amiga y escuchas voces dentro de tu tonta cabeza. ¿Crees que no te detendrían? Obviamente lo harán. Vuelvo a decir, ¡vámonos!
Los tres chicos salieron de la habitación con cuidado. Era de noche y los pasillos estaban a oscuras, lo único que alumbraba el camino eran las pobres bombillas que parpadeaban con dificultad. Christian le había dado su abrigo a la castaña para que pudiera tapar las manchas de sangre por si alguien llegaba.
Decidieron ir a la terraza, donde había una máquina que quemaba cualquier tipo de objeto o material. Subieron las escaleras hasta llegar a su destino.
—¿Tienes lo que pedí? —preguntó KyuRi abriendo la máquina comenzando a tirar el cuchillo, los guantes, el bolso, el abrigo, etc.
—Sí. —Christian abrió la pequeña mochila que traía desde un principio y sacó un uniforme nuevo, era para la castaña.
—Perfecto, voltea. —ordenó KyuRi y Christian obedeció sin rechistar. —Linda, reacciona. —la pelinegra comenzó a desvestir a la castaña para tirar el uniforme manchado de sangre a la máquina. Comenzó a ponerle el nuevo uniforme, peinó su cabello y limpió su rostro, cuello y manos, cubriendo sus heridas con maquillaje. Finalmente tiró todo lo que habían usado a la máquina y con ayuda de Christian, prendió el mecanismo y todo comenzó a quemarse dentro. —Bien, ya está. Ahora a descansar.
ESTÁS LEYENDO
─El Internado.❜❜
Mistério / SuspenseEl Internado Médico Juvenil, Croix Rose. Es uno de los más prestigiosos de Corea, no solo ha ganado su fama por mantenerse en pie desde 1828 sino también por tener un rendimiento académico muy bueno, digno de admirar. O al menos eso es lo que se dic...