• Stitches • [ym]

• 10 •

La razón por la que todos se mantenían expectantes a Taehyung era simple, la criatura era fascinante, poseía una de las más grandes y bellas  desgracias, tenía esa aura de misterio inocente rodeándolo, que hacía competencia con la del propio JiMin, era increíble como llamaba la atención. JiMin rió divertido mientras envolvía a su mejor amigo en un abrazo, quizás en algún momento se sintió atraído por este ser, pero el necesitaba algo más áspero que lo mantuviera sobre sus pies, y ese alguien supo mantenerlo sano y cuerdo. Era una locura como su cariño mutó y llenó un vació que no sabía que tenía. Lo adoptó como a un hermano y lo sostuvo hasta que aprendió a quererlo.

"¿Dónde te habías metido Taehyungie?"

El recién llegado sólo lo miró a los ojos y en ellos pudo leer claramente: Estoy bien.

Sonriendo más amplio le empujo por la espalda baja en dirección a YoonGi, quién con una mueca de molestia lo abrazó de vuelta. Todos los sabían menos YoonGi, que tenía una debilidad por el menor, por ambos menores, pero jamás nunca lo diría en voz alta. JiMinie y Taehyungie eran como un paquete 2x1.

Sin hacer una sola expresión el recién llegado solo ignoró al resto presente en la sala y se acomodó en una de las olvidadas sillas en la habitación, a todos les gustaba estar con la guardia en alto y preferían quedarse parados, a él no podría importarle menos.

" Ya que estamos todos aquí, y que podemos reírnos de que JungKook y Hoseok fueron brutalmente ignorados, podemos comenzar con esto" . JiMin siempre debía terminar con la última palabra.

"Hace algunos días hemos estado recibiendo reportes de nuestros hermanos centinelas del norte de que Zico ha estado merodeando nuestros territorios, con movimientos poco coherentes, sin ningún objetivo que podemos definir más allá de intentar colarse dentro, creemos que esto se trata de una distracción de su verdadero objetivo"

Taehyung volteó hacia JiMin, ambos se miraron durante un par de segundos antes de que el mayor suspirara.

" TaeTae tiene algo en mente"

Con cuidado el menor se levantó de la silla y sacó de su chaqueta un par de papeles que estaban perfectamente doblados, los empujó en la mesa y luego volvió a su sitio, siempre cuidando de no hacer ningún sonido en absoluto. NamJoon rápidamente comenzó a leerlo, todo estaba perfectamente ordenado y fichado.

"¿Qué es esto?"

Todos le lanzaron una mirada aguda, nadie hacía preguntas sin leer todo por completo. Todos sabían de la obsesión del menor con sus informes, él consideraba una falta de respeto que no se leyeran hasta el final. Claramente NamJoon no había aprendido nada en los últimos meses que los siete permanecieron juntos.

A su lado Jin rodó los ojos y le arrebató los papeles, echando una rápida ojeada a los pequeños planos hechos con lápiz en las esquinas. El pudo reconocer su complejo en el norte. Esto claramente era un reporte de todo lo que ha sucedido en la ausencia de Jin en su territorio.

Alzando la cabeza de los papeles, se los volvió a entregar a NamJoon.

"Estuviste allí"

El chico sentado asintió. El personalmente atrapó a un pobre diablo que intentó entrometerse, el territorio del norte era casi sagrado para él, no dejaría que nadie lo destruyera o intentara ganarlo.

"Y según esto uno de los hombres de este tipo solo siguen órdenes, además mencionó a otro chico, uno más joven que el propio Zico, pero aún no encuentras el rastro que los une a ambos"

Volviendo a asentir, miró fijamente a Jin, quién seguía leyendo los papeles.

" Aquí dice que los eventos se realizaron exactamente igual que hace unos años atrás, la única pista sólida es que Zico..."

Jin frunció el ceño y volvió a mirar al chico, esto era increíble.

" El está muerto"

Todos en la habitación se tensaron, la ira creciendo por sus venas.

" Y por lo que veo, lleva un tiempo bajo tierra"

Taehyung se levantó y extendió un par de fotografías que guardó en su teléfono, no tuvo el tiempo necesario para imprimirlas antes de presentarse con ellos. NamJoon tenía una vena palpitando en su cuello, la maldita cosa parecía a punto de explotar, sin embargo, su cara era una dura máscara fría. Las cosas se estaban empezando a complicar. Muchísimo.