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Yoongi estaba molesto, es más, estaba furioso.

Hacia solo media hora que habían logrado llegar hasta un motel de mala muerte solo para esconderse de todas las ratas que los rondaban, pasó un mano por su cabello con frustración mientras forzaba su rostro a no hacer ninguna mueca que delate como se sentía. Digirió su mirada hacia el chico que se encontraba desparramado por toda la cama, con los brazos abiertos y observando el techo totalmente aburrido.

—¿En que mierda estaban pensando?

—No lo sé.

Yoongi le gruñó.

—Estoy más que seguro que esto es obra de Jin.

—Jin hyung para ti, cabeza de pene, guárdale respeto.

Rodó lo ojos y prefirió ignorar el insulto de buena manera, no era momento para una de sus típicas discusiones, eran divertidas y muchas veces tenían un final feliz pero por ahora darle sentido a todo lo ocurrido era su prioridad. Entonces tendrían que hablar primero, desde que Jin tuvo el accidente solo una pequeña sombra de el quedaba, y esta solo se mostraba frente a dos personas. Jimin y Namjoon.

—¿Por qué haría esto?

—Mi hyung es algo extraño es decir siempre lo fue pero luego de que volviera después de tres meses fuera y el accidente, ya nada volvió a ser igual en su cabeza. Ahora funciona de una manera más retorcida.

Jimin suspiró como si cada palabra que decía le doliera justo en el corazón, podía sentir su angustia desde lejos, el estaba realmente preocupado por Jin, lo cuál tiene sentido, ambos se ayudaron cuando solamente eran un adicto y un gay por el mundo.

—Jimin-ah.

Los ojos marrones fueron en su dirección, con una tormenta arrasando en su interior.

—Desnúdate.

Jimin pudo sentir su corazón acelerarse un poco a pesar de que lo dicho no tenía connotaciones sexuales del todo, lentamente se reincorporó de la cama y empezó a despojarse de su camiseta, junto con sus jeans y su ropa interior. Sabía que esto era necesario, Yoongi se lo había dicho justo cuando empezaron con-lo que sea que tengan ahora-.

—Los calcetines también.

Bufó con exasperación, el truco de inyectarse en los pies era viejo, incómodo pero seguro para esconder tu mierda. A el ya no le hacía gracia los puntos negros y amoratados, mucho menos las infecciones o la abstinencia.

Yoongi giró en torno a el, buscando cualquier anomalía que delatara que tuvo algún momento de debilidad. Sostuvo sus brazos en alto mientras tocaba aquí y allá. Pasando las manos por sus muslos internos y subiendo por sus costillas. Le miró directo a los ojos mientras se inclinaba y depositaba un suave beso en sus esponjosos labios.

—Siéntate, bebé.

Jimin tuvo la sensación de que sus mejillas estaban ardiendo pero trató de ignorarlo por ahora, no hablaría sobre aquello, por supuesto que no. Despacio se sentó en la cama mientras miraba hacia arriba al mayor, con cuidado lo vio arrodillarse mientras colocaba uno de sus pies en su muslo para inspeccionar las plantas y los tobillos. Masajeando de paso todo el estrés acumulado en su cuerpo.
Cuando hubo masajeado ambos pies y asegurado que no habían indicios de pinchazos en su cuerpo se levantó y deposito otro suave beso en su frente.

—Lo estas haciendo bien, bebé.

Jimin suspiró con un sentimiento cálido recorriendo su pecho cerró sus ojos para poder recordar esos labios en su frente. Los besos de esta manera son los más sinceros, los que se reservan para aquellos que están cerca del corazón, cerca del amor sincero. Si pudiera repetir estos momento una y otra vez lo haria, si tuviera más tiempo, más esperanza.

Cuando sintió el agua caliente cubrir su cuerpo es que regreso a la realidad. ¿Cuanto tiempo estuvo soñando despierto? 

Abrazó sus piernas mientras observaba por encima del hombro como Yoongi se colocaba detrás con cuidado, tratando de no salpicar agua en el piso.  ¿En qué momento se quito la ropa?

 Una sonrisa se dibujo en su rostro, aunque ese tonto se esfuerce en demostrar que nada le perturbaba el lenguaje coorporal no miente, los besos en su hombro no mienten. Yoongi y sus ojos no le mentian. Su corazón inocente queria creerlo. Sin decir una palabra el níveo brazo se envolvió en su cintura y un duro pecho chocó con su espalda. Tan correcto, tan bueno.

—¿No crees que merezco un premio? Lo he hecho bien durante estos meses.

—Lo has hecho, con este ya son 2 años.

Ninguno quiso recordarle al otro que es el mismo tiempo que tienen de conocer al otro. De tener lo que sea que tienen en esos momentos. Algo a lo que no quieren ponerle nombre ¿O es que existe uno para una relación donde son exclusivos pero nada es serio? Solo te beso a ti, solo te toco a ti, solo te miro a ti, solo a ti y a nadie más, durante un tiempo indefinido, hasta que me canse pero denuevo nada serio.

—En cuanto lleguemos con Namjoon y le patee un poco el culo, nos iremos a la playa.

Jimin sonrio. Jin no iba a dejar que nadie toque a Namjoon, ni siquiera Yoongi.

—Suerte con eso hyung.

—Pequeño descarado que me intentaste decir con eso.

Yoongi lo apretó más mientras peñizcaba sus costillas haciendo que esa criatura se retuerza.

Tan bueno, definitivamente.

Yoongi solo esperaba que después del rollo más grande quede algo de ellos para poder disfrutar, hasta entonces no se privaria de obtenerlo todo de la persona que abrazaba con tanta posesividad. Cerrando sus ojos se permitió enloquecer internamente por ser tan consiente de eso, tan consiente de su debilidad y su fuerza y no odiarla en absoluto. 

• Stitches • [ym]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora