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Si corres más rápido y no te alcanzo tal vez puedas ser salvado.

Se supone que las manos en su cuerpo se sintieran bien, cálidas y correctas, pero en su lugar dejaban un rastro de suciedad y ardor. Dolor y culpa.

Quiere correr, gritar y decirles que no merece esto, no lo hace, jamás fue su intención. Solo estuvo en medio de fuego cruzado. Quería correr, lo necesitaba. No podría soportar más el ardor en su pecho y en sus piernas, era demasiado para el, el dolor lo abrumaba, abrumaba todos sus sentidos, no podía recordar cuanto tiempo había pasado, donde estaba, por que lo hicieron mierda y lo tiraron ahí creyendo que estaba muerto.

El frío era insoportable, quemaba su piel, la quemaba joder que lo hacia. Quería dejar de sentir solo un minuto, solo un poco. Aún puede recordar el metal cortar su piel, las manos presionando su cuello y su espalda. Obligandolo a sentir, a aceptarlo, a morir con ese ultimo recuerdo. No quiero morir no quiero morir no quiero morir no quiero morir.

Si pudiera llorar lo haría pero corre el riesgo de deshidratarse y eso solo sería más humillante. No puede, no puede, no puede.

Ayuda.

Aún tenía muchas cosas por hacer, tantas cosas que decir, tantas cosas por cocinar y ver. Jamás volvió a la tumba de sus padres, no se graduó de la universidad, no consiguió demostrarle a JiMin que podía cuidar de el y de sí mismo. No pudo volver a ver a ese chico con el que choco hace unos días. NamJoon era su nombre ¿o no lo era? Pero ahora era tarde, debió pensar mejor a donde iba y sus amistades. Debió cuidar mejor su espalda y la de su familia. JiMin le dijo que nada era un juego, esta era la vida real, dura y cruel con quienes necesitan una lección para dejar de confiar con el corazón en la mano.

Iba morir, quiere morir, ahora puede hacerlo.

—Jin.

Esa paz jamás iba a volverla a sentir, jamás se sintió tan bien estar a punto de dormir.

—¡Jin!

Solo un poco más.

—¡JIN!

Tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo

Sus sentidos regresaron de golpe, abrió sus ojos encontrándose con unos miel, tan preocupados y al borde del llanto.

—¡Cielos Jin!

Un sueño, todo era un jodido sueño. Suspiró.

Con cuidado empujó al cuerpo que se presionaba a el, necesitaba respirar y enloquecer por unos minutos. Tapó sus oídos con sus manos para tratar de aliviar la jaqueca. Pasó sus manos por sus brazos y rascó su piel un poco, le hormigueaba y le provocaba un poco de asco. Tocarse a sí mismo era pocas veces tolerable, prefería arrancarse la piel con un cuclillo sin filo pero no podía hacerlo, no cuando tenía a personas importantes de las que cuidar. Su mirada se perdió en algún punto fijo de la pared, tan metido en su propio mundo tratando de resolver su mierda solo  aún cuando hay alguien justo a su lado. 

Unos brazos se envolvieron en su cintura con delicadeza y una respiración chocó con su cuello. Eso. 

Eso se sintió correcto y aterradoramente real. 

- Cariño, estoy justo aquí. 

Claro, NamJoon. Su ancla a la vida real estaba sosteniéndolo firme contra su pecho. Tan, tan cálido. Su agarre se apretó y solo así su corazón pudo latir con normalidad. 

"Estoy aquí, estoy vivo"

- Mírame.  

Lentamente volteó en su dirección, casi podía sentir el amor tocarlo como una suave caricia que venía desde sus ojos hasta la punta de sus dedos, tan real, tan suyo. Se apoyó en su mano y se acercó al pecho que lo esperaba para que apoye su cabeza y vuelva a dormir un poco. No eran más de las 4 de la mañana y tenían tiempo hasta que sus dolores de cabeza personales llegaran a reclamarle la misión a la que los mandó. 

- Casi me matas de un susto SeokJin. 

Suspiró con pesadez, quería decirle que lo sentía pero las palabras simplemente no salían de su garganta, tan seca y cansada. Se sentía como si hubiera gritado durante un largo rato. 

- ¿Todo se encuentra bien Jin hyung?

- Si NamJoon, todo está bien. 

- ¿Tuviste de nuevo ese sueño?

Asintió lentamente mientras dejaba pequeñas caricias en su pecho, pequeños círculos imaginarios. Pensó en el tiempo en que llevaban de conocerse y como todo se sentía estúpidamente correcto. Tragó un poco de saliva antes de tratar de hablar.

- No sé que haría sin ti. 

Namjoon le miró con amor, contento de escuchar esas palabras.

- Yo tampoco cariño. 

Le acarició el cabello que hacía cosquillas en su cuello. NamJoon sonrió mientras veía el contraste de su piel con la del mayor. Era perfecto. 

Siguió repartiendo caricias en su cabello hasta que su respiración se torno suave y acompasada, solo en ese momento sintió que podía relajarse con su mundo envuelto alrededor de el como una manta que le daba sentido y dirección a su propio barco. 

NamJoon quería que SeokJin superara todo su pasado pero todo llevaba tiempo y paciencia y eso es lo que el tenía de sobre para dar. Los arropó juntos mientras lo abrazaba fuerte hasta que fuera la hora correcta. 

Solo un poco más Jin hyung y todo este infierno habrá acabado. 




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