♡Giyuu Tomioka♡

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       "Amar es entregarle el poder a otra persona para que pueda destruirte..,y aún así, confiar en que esa persona no lo hará."

Las palabras de mi abuela aparecieron en mi cabeza como un vago recuerdo, al principio me pregunté por qué su voz llegaba a mi cabeza de esa forma tan repentina, pero ahora al ver aquel muchacho de cabello oscuro y ojos azules caminar frente a mí, creo haber encontrado el motivo de ese lejano recuerdo.

— ¡______!—chilló a mi lado Aoi mientras descolgaba las sábanas ya secas—, ¿escuchaste lo que te he dicho?. Necesito que lleves ésto al cuarto de aseo.

Asentí en silencio recibiendo las telas ya dobladas entre mis manos, me sorprendí al ver como la ojiazul seguía entregandome más y más sábanas.

— Aoi-san, ¿no crees que me estas dejando mucho peso?—pregunté con una sonrisa nerviosa, pero ella ignoró mis palabras, pues siguió dejando más sabanas dobladas en mis brazos. Tantas, que ya no lograba ver y solo podía guíarme por los costados.

Pude sentir como mofó sus cachetes tras dejar salir un largo suspiro.

— No podemos perder más tiempo, la pilar insecto quiere que tengamos todo preparado—murmuró con una extraña confianza—. Al parecer, algo grande está por suceder.

En silencio, ella comenzó a caminar para guíarme. Pues, llevo tan solo un poco más de una semana en ésta finca y aún no logro orientarme bien solo por mi cuenta.

— ¡Aoi!, ¡Aoi!—las voces de esas tres pequeñas niñas llegaron a mis oídos junto a sus apresurados pasos—. Llegaron tres cazadores heridos, te necesitamos para que revises sus estados.

— Pero Aoi-san—interrumpí—, aún no me dice dónde está la sala de aseo.

— Debes seguir por éste pasillo y doblar a la derecha cuando llegues al final. La primera puerta a la izquierda es donde debes dejar las sábanas.

Dicho aquello ella se alejó junto a las niñas que la guíaban hasta la habitación de los recién llegados.

Suspiré derrotada antes de retomar el rumbo.
Caminaba pensando en todo lo que me trajo hasta aquí, desde el día en que mis padres decidieron unirse a una secta demoniaca, el día en que intentaron ofrecerme como "sacrificio" y el momento en que el pilar de la roca llegó a mi rescate.

Desde allí los únicos pilares con los que había interactuado ha sido Himejima-sensei y Shinobu-sensei. Pero, al ver aquel pelinegro con su mirada tan fría y perdida no pude evitar sentir el deseo de conocerlo un poco más.

Iba tan cegada por mis caprichosos pensamientos que no me percaté de la presencia que se encontraba frente a mí, inmediatamente choqué con él y caí de espalda por el peso de las telas que cargaba en mis brazos.

— ¡Podrías haberte hecho a un lado!—chillé molesta, pues mi temperamento siempre ha sido un poco complicado.

Observé histérica las sábanas tiradas en el suelo, Aoi siempre las deja tan blancas como la nieve, sí hay aunque sea una pequeña mancha ella lo notara de inmediato.

— Lo siento—su voz neutra llegó a mí como un balde de agua fría. Levanté la mirada para ver quién había sido el culpable de tal mala suerte y me sorprendí al descubrir que se trataba de aquel solitario pilar.

Mis mejillas se sonrojaron de forma alarmante, pues tan solo hace unos segundos atrás pensaba en él y ahora aparecía frente a mí de la nada.

— Esta bien—dije con la voz entrecortada—, no es para tanto.

Me sentí tan patetica y avergonzada por lo que acababa de decir, pues había sido yo quién comenzó reclamandole por haber caído.

Sin embargo, él se acercó a pasos cortos y pesados para ponerse de cuclillas y tomar las sábanas, volviendo a doblarlas una por una con sumo cuidado.

•Kimetsu~no~yaiba• One-Shots♡ *En Pausa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora