•Kimetsu~no~yaiba• One-Shots♡ *En Pausa*

♡Tanjirou Kamado♡

"Porque somos fuego...y aún así amamos la lluvia."

Mis pasos firmes y rápidos sobre la fría nieve llenaban el vacío del amplio bosque, mi haori rosa pálido con orquídeas blancas bordadas en el se movía con elegancia.

"Es un demonio...Muzan lo ha convertido en un demonio."

Negué con la cabeza mientras ahogaba el llanto que amenazaba con salir de mi garganta, las palabras de Zenitsu retumbaban en mí de forma brusca y repetitiva.
Él junto a sus dos amigos habían salido a una misión más de las tantas que tienen, pero a diferencia de otras veces solo volvió el rubio y el chico jabalí.

— ¡¿Dónde está Tanjirou?!—grité histérica al ver sus caras llenas de tristeza y miedo.

— N-No lo sabemos—recuerdo los ojos de Zenitsu cristalizarse—, Muzan lo convirtió en demonio...él huyó para no herirnos, ______. Y ahora está allá fuera, solo y perdido.

Mi mundo se derrumbó.

Tanjirou; aquel dulce y cálido muchacho que se había ganado toda mi admiración y cariño. Además de mi corazón, aunque eso él no lo sabe, pues planeaba confesarme en el momento que volviera de ésta misión.

Volví al presente, seguía corriendo por el bosque.
Por suerte, mi olfato es tan agudo como el suyo, por lo que traté de encontrar su camino de esa forma, mi cuervo volaba lo más alto que podía para tratar de ayudarme.

Cada minuto dolía más que el anterior a medida que no lograba captar su aroma. Hasta que mi cuervo bajó un poco su vuelo y llegó gritando sobre mí.

— ¡CAW! ¡LO ENCONTRÉ! ¡CAW!.

Asentí despacio y seguí su camino, mientras lo hacía un suave aroma comenzó a llegar a mí.
Miedo, tristeza, desesperación e incluso soledad pude oler.
Seguí corriendo lo más rápido que pude, lo único que quería era extender mis brazos y llegar a Tanjirou.

Poco a poco, unos pocos metros más adelante se comenzó a divisar una figura.
Reconocí su haori al instante, su cabello seguía igual de rojo y cálido, pero lo tenía más largo, tan largo como el de Tokitou-san.

Detuve mis pasos despacio, no quería alterarlo. Estando más cerca pude ver que su cuerpo también había cambiado, ahora estaba más alto, casi como Rengoku-san.

Pocos metros nos separaban ahora, me acerqué con más cautela, pues no sabía cual podría ser su reacción.

— ¿Tanjirou-kun?—susurré, alcé un poco mis manos para que no se sintiera amenazado.

Pude ver su cuerpo temblar cuando llamé por su nombre, tras un breve silencio él me vio sobre su hombro derecho para luego girar su cuerpo por completo.

Me paré a secas, dejé que solo nos separaran no más de dos metros.

— Sé lo que sucedió—hablé con la voz calmada—, pero no huyas por favor...vine para llevarte conmigo.

Abrió sus grandes ojos por la sorpresa, quizás creyó que acabaría con su vida. Pude ver como sus ojos se humedecieron tras unos minutos de silencio.

Retrocedió despacio, pude ver sus piernas temblar mientras alzaba sus manos a la altura de su abdomen, era una forma de decir que me detuviese y no siguiera acercandome a él.

— Por favor—susurré con la voz cortada—, no hagas esto.

Tanjirou detuvo su intento de escape, bajó sus brazos y escondió su mirada clavando ésta sobre sus pies.
Suspiré agradecida al creer que había aceptado mi petición, sentí un leve alivio al pensar que podría arreglar las cosas y hacer todo lo posible para que vuelva a ser humano.
Pero, su cuerpo se tensó mientras un gruñido suave abandonaba su garganta. Pude ver cómo iba haciendo su cuerpo más grueso, más firme de lo que ya era.